Manuel Muñoz González

Hasta las seis de la tarde se extendió el día en las últimas jornadas para los penquistas a raíz del toque de queda, pues a excepción de ayer, en que se decretó y se retrasó la medida para las 23.00 horas y hasta las 4 de la madrugada, la población debió acortar todas sus actividades.

Sin embargo, para muchos penquistas no ha significado un mayor cambio en sus rutinas, aumentando la vida en familia, ya sea con un paseo por la plaza, parque y el hogar.

"Con los niños igual salimos al parque en la tardecita, porque en la plaza del barrio no andan militares ni carabineros, entonces igual se puede aprovechar un rato. Ya después en la casita nomás, los niños ven monitos y juegan en su play, y nosotros ver alguna película, porque seguir viendo las noticias es volver a ver lo mismo todo el día", contó Graciela Figueroa, del sector Los Lirios de Concepción, reflejando que, al margen de los "cacerolazos" que se han hecho en los propios barrios en las tardes, la vida hogareña no se ha visto resentido en demasía.

En la pega

A otros les ha tocado cumplir con sus turnos y trabajar. Así ha pasado con funcionarios en hospitales y centros médicos. "Trabajo en una clínica de diálisis en Concepción, y me ha tocado estar hasta algunas horas después del inicio del toque de queda. Se han visto pacientes algo nerviosos, pensando en que no podrían dializarse, pero el tratamiento se ha podido hacer con normalidad, los pacientes se han cuidado harto y se han informado", cuenta Tania Aravena, que labora en la Clínica de Diálisis Medinefro-Diaverum en Cochrane.

"En general no he tenido mayores problemas, a pesar del toque de queda igual se ve gente circulante en la calle, pero en general tranquilo. Me han controlado los militares estos días en el regreso a la casa, de Conce a Hualpén, pero con el salvoconducto no hay problema. Lo único es que uno igual queda con algo de inquietud por los niños más que nada, pero en mi caso, sé que están bien con su papá en la casa", remarcó.