Angélica Vásquez V.
Slow fashion, moda reciclable y sostenible. Pensar si necesitas algo antes de comprarlo. Conceptos de este tiempo. Ayudar al planeta y, como somos planeta, nos ayudamos nosotros mismos. Me agrada "customizar", bella palabra, potente... adaptar algo de acuerdo a necesidades personales. ¿Quién iba a pensar que retornaríamos a los viejos tiempos? Arreglar la ropa, volver a usar algo colgado harto tiempo, al menos una parte, porque no podemos negar que un gran porcentaje sigue sintiéndose estiloso comprando desenfrenadamente, creando nuevos closets y muebles para su ropa y accesorios. Pero bueno, mejor volver a mirar lo que tenemos con Amor. Me pasa que me encanta ver cada verano mis sandalias tengo muchas, la mayoría de tiendas sencillas o supermercados, y son muy bellas, casi de niña, y me gustan. Mis vestidos son bellos también... llevan varias temporadas conmigo. Pero es bello cuando se hace naturalmente sin forzar nada. Simplemente coincide con la conciencia colectiva. Me resuena. ¿Y si llevamos esto al terreno espiritual? ¿ podemos reutilizar algo de nuestro interior y vida personal? ¡Absolutamente! De hecho siempre ha sido así. No todo es desechable, por lo tanto es sanador echarle una nueva mirada al closet y cajita interna sin miedo y saldrá una colección completa de sentimientos, emociones, creencias, puntos de vista, personalizados y customizados. ¿Es obligación hacerlo? No, nada lo es, pero es muy liberador, nos permite la expansión y por consecuencia un bienestar, una mejora innegable en nuestro diario vivir. ¿Cómo se hace? Haciéndolo, dando el primer paso. Me detengo un instante y cierro mis ojos, respiro profundo y me pregunto si lo que voy a hacer me traerá beneficios y la respuesta será bastante clara. Es 2020, queridos Seres de Luz, una fecha energética... unión y limpieza, y todos sabemos lo que hay que hacer para tener nuestro templo limpio. Parece algo interminable y cansador pero no lo es. Es sólo nuestra mente dando los últimos manotazos, diciéndonos que todo es complicado porque la acostumbramos a pillerías y atajos. Démosle vacaciones y veamos cuanto más podemos sacar de nuestro bello corazón.