Marcelo Macellari

"Una historia de fantasmas con una atmósfera aterradora y mucho suspenso". Así reseñó una crítica en el Festival de Cine de Mar del Plata (Argentina) a "La Casa", la nueva incursión en el género de terror del realizador nacional Jorge Olguín, responsable de títulos como "Ángel negro" (2000), "Sangre eterna"(2002) y "Gritos en el bosque" (2014).

La cinta, cuyos interiores se rodaron en una antigua propiedad de Valparaíso, está inspirada en los fenómenos paranormales, ampliamente documentados y con cobertura en televisión abierta, que han tenido lugar en la casona Dubois, en Quinta Normal, donde en 1997 se grabó la teleserie "Tic Tac" y que actualmente funciona como centro cultural.

El cineasta cuenta que "me gustó la idea de hacer una película sobre el arquetipo de la casa embrujada, pero chilena. En ese momento empecé a averiguar sobre los mitos locales y llegué hasta la casona Dubois, que tiene toda una leyenda y hay una serie de eventos registrados por programas de televisión. Así que su historia nos pareció la más interesante para recrearla en una película de terror. Y no se había hecho nunca algo así en Chile, porque tal vez lo más cercano sea la novela 'Coronación' de José Donoso, por la atmósfera de una casa aristocrática en decadencia. Tomamos el arquetipo del terror, la casa embrujada, para contar una historia chilena".

Olguín, quien con "Gritos en el bosque" realizó la primera cinta chilena 3D, quiso buscar una nueva forma de narrar este escalofriante relato, así que la película transcurre en tiempo real, en una toma continua o plano secuencia sin cortes, un formato inédito en el cine nacional.

"La Casa" es la historia de Arriagada (Gabriel Cañas), un carabinero que entra a la mansión maldita tras escuchar unos aterradores gritos en medio de la noche. Esto lo llevará a enfrentar a una serie de extrañas manifestaciones paranormales, mientras recorre los pasillos de la mansión buscando salir con vida.

-¿Por qué el concepto de la casa embrujada?

"Chile está lleno de mansiones abandonadas, pertenecientes a familias aristocráticas en decadencia, que tuvieron en su mayoría un destino trágico. Me pareció que a partir de ahí había una historia interesante que contar".

-Tus películas anteriores, si bien se circunscriben al género del terror, abordan temas sociales. ¿Cuáles dirías que son los tópicos presentes en "La Casa"?

"Desde el inicio de mi carrera hablé de temas que afectan a nuestra sociedad, con 'Ángel negro' hablé del bullying y en 'Sangre eterna' de la disociación de los afectos al interior de la familia, con los jóvenes refugiándose en las tribus urbanas. En el caso de 'Gritos en el bosque', mi anterior película, se habla del conflicto mapuche, pero desde el punto de vista espiritual. Evidentemente, 'La Casa' toca temas de mi visión social, pero en el formato del terror paranormal y de fantasmas para contar una historia propia. El género del terror, así como también la comedia, son expresiones artísticas con elementos de sanación. En el terror la sociedad ve su lado oscuro y sobrevive a él. Hay un proceso de catarsis que es muy necesario. Para mí, el mejor terror surge después o durante conflictos sociales importantes. Por ejemplo, 'La noche de los muertos vivientes', de George A. Romero, surgió después de la guerra de Vietnam".

-¿Crees que "La Casa" es la película más terrorífica que has hecho?

"Sí, es la más efectiva en causar miedo. Tuve la suerte de hacer el preestreno mundial en el Festival de Cine de Mar del Plata y pude ver la reacción del público frente a la atmósfera opresiva que tiene la película, con un único personaje y un solo plano secuencia, donde solo sentimos la respiración de él, sumergido en una casa donde en cada esquina puede pasar algo. 'La Casa' es mi película más dura en cuanto al género de terror, la más cercana al terror puro".

-¿Por qué optaste por filmar en un solo plano secuencia, sin cortes?

"Ahí manda el relato. Y este relato es casi en primera persona, por eso consideré que la mejor forma de narrar la historia era a través de un plano secuencia, que diera la sensación de estar viviendo la experiencia y sentir los horrores que hay dentro de esta casa. Esa fue la idea y de ahí vino todo el desafío técnico, que implica ensayar y hacer una suerte de coreografía. Tuve que hacer yo mismo la cámara para estar arriba del personaje y no desde un monitor. Creo que soy un poco masoquista, me gustan los desafíos técnicos. Se filmó todo de noche, en poco tiempo. Para Gabriel Cañas fue un trabajo muy duro, tanto físico como sicológico".