Computadores para adultos mayores
Este domingo en todo Chile se está celebrando el día de las madres, una celebración que no se compara con la de años anteriores, que hay que evaluar en su complejidad porque no podemos festejarlas como si nada estuviera pasando. La mayoría de las madres se encuentran, en este momento, confinadas, con sobre exigencia en sus hogares, explotadas, con tres veces más trabajo doméstico, a cargo de la educación de sus hijos, muchas de ellas viviendo violencia doméstica por parte de sus agresores, sin redes de apoyo, y aisladas.
Este es un día de las madres en el cual debiéramos dejar de romantizar el concepto de familia, porque esta idea no nos permite observar la gran desigualdad en la que se encuentran las mujeres madres en Chile. La forma en la que el mercado nos dice que debemos celebrar este día, poco tiene del reconocimiento que realmente debieran tener las madres que siguen trabajando en sus casas, cuando se sigue normalizando o invisibilizando la violencia que viven cada día.
En este día de las madres, para poder realmente reconocer la labor social que cumplen, se debe apuntar a que las familias se constituyan en igualdad y amor; reconociendo el trabajo doméstico y de cuidados, que la violencia a las mujeres, tanto física como económica, sexual, psicológica, institucional, deje de ser tolerada y normalizada, que se pueda erradicar. Y que, al mismo tiempo, la labor social del cuidado de la humanidad, y de la infancia, sea algo que se reparta equitativamente en la sociedad, y no que se siga cargando de manera injusta, invisible y gratuita en la explotación de las mujeres madres.
Día de todas las madres
Columna
Daniela López / Francisca Millán, Abogadas de AML Defensa de Mujeres