Celíacos viven drama en días de pandemia
Señalan que el precio de los alimentos sin gluten pueden duplicar o triplicar el costo del mismo producto "normal". También cuesta encontrarlos en la ciudad.
Todo un desafío ha sido para los celíacos penquistas lograr mantener su dieta en medio de la pandemia. Primero fue la escasez de productos y hoy, es el alto costo lo que les pone una traba más en su diario vivir.
La enfermedad celíaca (EC) es una intolerancia permanente al Gluten, proteína presente en el trigo, centeno y cebada. En algunas personas se manifiesta también intolerancia a la avena.
Esta es una condición crónica, con las características de una enfermedad autoinmune, la cual se puede manifestar con síntomas de carácter gastrointestinal. Existe una presentación clásica de diarrea, esteatorrea (deposiciones con grasa), dolor abdominal, meteorismo (gases excesivos), apatía, falta de fuerzas, anemia y desnutrición, por la carencia de hidratos de carbono.
Testimonios
Valeria Escobar cuenta que desde enero convive con la enfermedad y dice que ha sido un proceso complicado en el cual incluso pasó por un cuadro depresivo, más considerando su profesión de pastelera, ya "que ni siquiera puedo probar mis preparaciones y un compañero tiene que hacerlo por mí".
Agrega que el cambio es rotundo, debido a que pasar de una dieta a otra sin gluten es complejo y se debe pasar por un proceso de desintoxicación del cuerpo por más de 20 días y "lo que debemos comprar es complicado, porque de partida los productos sin gluten son carísimos. Después te acostumbras a comer algo y después vas de nuevo al supermercado y ya no están".
Jennifer Quijada confirma lo expresado por Valeria, asegurando que "en marzo hice la primera compra sin gluten, antes de que empezara el tema de la pandemia. Fui al supermercado y encontré muchos productos sin gluten, entonces dije no me preocupo porque hay mucho stock".
Su sorpresa fue grande cuando en el mes de abril no encontró insumos tales como pan y harinas, situación que se repitió ahora en mayo, sumándose productos como galletas que compra para su hijo que es sensible al gluten (no pudo realizar los exámenes que confirmen intolerancia al trigo por culpa de la pandemia).
Añade que otro gran inconveniente es el precio de los productos para celíacos, los cuales pueden duplicar o triplicar el valor de un alimento común. Ejemplifica que "un paquete de fideos normal son 400 gramos y vale 600 ó 700 pesos y un paquete de fideos sin gluten de 250 gramos cuesta mil 800 pesos".
Escobar dijo además que en las tiendas especializadas el valor de los productos son mucho más caros y que en Concepción solo existe una pastelería certificada en esto.
"Un pan de molde cuesta unos 3500 pesos y ahí viene otro tema, si te gusta o no, porque es muy distinto comer un pan normal a uno sin gluten. Entonces las tiendas chicas son mucho más caras y el supermercado trae el producto, pero no hay gran variedad".
Los cercanos
Paloma Villa cuenta que otro "gran" tema es la convivencia, ya que la gente que te rodea debe adecuarse y "uno no se hace problemas, debe adecuarse, pero la gente que vive o comparte con uno se complica… incluso piensan que uno sufre".
Jennifer Quijada cuenta a su vez que en su casa debió cambiar las ollas y artefactos eléctricos para poder cocinar tranquila y que no se produzca contaminación cruzada.
En el caso de Valeria, dice que solo vive con su mamá que ya es una adulta mayor y que ha logrado hacerle entender que no es solo una dieta, sino que ya es una condición con la que debe vivir.
Cabe mencionar que a nivel mundial, la prevalencia de enfermedad celiaca es aproximadamente el 1%. Varía en cada país y puede fluctuar entre 0.3 - 2.4% de la población. En Chile, y de acuerdo a la información entregada en la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, la prevalencia de enfermedad celiaca es de 0,76%.