Diseñador da "vida" a hallazgos paleontológicos de nivel mundial
Confinado en Castro, Mauricio Álvarez no detiene su trabajo de dar vida a criaturas cuyos fósiles han significado investigaciones que asombran al planeta, como las publicadas del magallanodón y del huevo del mosasaurio.
Sus ilustraciones del Magallanodon baikashkenke, el mamífero fósil más antiguo de Chile que fue descubierto en Torres del Paine, y del Antarcticoolithus bradyi, el huevo aparecido en la Antártica que es -hasta ahora- el más grande hallado de la era de los dinosaurios-, han dado la vuelta al mundo en las últimas semanas.
Prestigiosos medios como Nature y National Geographic, por nombrar algunos, publicaron en junio sus creaciones para acompañar sus reportes de ambas investigaciones en que participaron científicos chilenos. Es Mauricio Álvarez (@mauricio_alvarez_art en Instagram), castreño, diseñador de la Universidad Católica de Temuco, padre de dos hijas y quien a pesar de vivir el confinamiento por el nuevo coronavirus en Llicaldad, está muy pendiente de lo que lo apasiona, uniendo arte y ciencia.
"Mi papá me llevaba al monte y mi mamá a los museos", afirma sobre su infancia este chilote que recuerda los tiempos de escolar cuando participaba en el taller Celacanto del profesor Hugo Ballesteros en el Liceo Galvarino Riveros y que ya estando en la universidad trabajaba los veranos efectuando dibujos de criaturas paleontológicas para el Museo Profesor Olsacher de Zapala, Argentina.
También acuarelista con cuadros que han sido parte de colecciones presenciales y virtuales (sobre todo ahora en esta pandemia), la obra de Álvarez es igualmente posible de apreciar en dioramas -testimonio de ello hay en el Museo Municipal de Castro- e integró junto a otros artistas especializados del orbe la "Focus on Nature XIII", exposición que se montó en el 2014 en el New York State Museum, Estados Unidos.
El último domingo de junio cumplió 43 años este profesional cuyo talento lo llevó a colaborar como diseñador de La Estrella de Chiloé. Hoy, con ya más de 25 años de experiencia como ilustrador en ciencia, habla de sus trabajos que tratan de representar de la manera más fidedigna cómo eran algunos seres que habitaban el planeta hace millones de años.
-¿Hay una especie de boom en la ilustración científica en la última década?
-Lo que yo hago en ciencia es generar un puente con la ilustración entre la investigación que es muy interdisciplinaria, pudiendo haber varias instituciones articuladas, y la sociedad, por medio de la divulgación que se da en varios medios. En resumen, yo hago un resumen visual de una investigación para que sea entendida por todos.
-Es un nexo entre arte y ciencia, ¿pero hasta dónde hay algo de imaginación?
-Yo trabajo con unos 10 científicos a la vez para hacer cada ilustración. Por ejemplo, en la que salió en la National (Geographic) del magallanodón o la ilustración del huevo de mosasaurio fueron hechas (con el apoyo) mínimo de un geólogo, un paleobotánico, anatomista, zoólogo, paleontólogo… un grupo de gente amplio y cada uno de ellos corrige tanto desde el punto de vista en su especialidad como en la gestalt de la imagen, en lo general. Y estamos hablando de varias instituciones a la vez en cada investigación.
En efecto, el descubrimiento en el continente helado en el 2011 de "La Cosa", el gigantesco huevo en cuestión -de casi 30 centímetros y 6,5 kilos-, se dio en el marco del "Proyecto anillo registro fósil y evolución de vertebrados", integrado por la Universidad de Chile, el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) y el Instituto Antártico Chileno (Inach).
El vestigio fue llevado al segundo recinto en Santiago, donde pasó años sin ser identificado, hasta que en el 2018 una especialista de la Universidad de Texas en Austin planteó que se trata de un huevo blando plegado. Hoy se cree que es del mentado mosasaurio, un enorme reptil marino de la Era Mesozoica, con antigüedad estimada en 68 millones de años; todo lo cual fue publicado el mes pasado en la revista científica Nature.
Respecto al magallanodón, también en junio fue compartido su hallazgo con la ciencia mundial. En el Boletín del Museo Nacional de Historia Natural de Chile se dio cuenta del estudio de paleontólogos chilenos, argentinos y brasileños sobre pequeños dientes de hace 74 millones de años que fueron desenterrados durante las expediciones paleontológicas en Cerro Guido, Región de Magallanes, que forman parte del Programa Nacional de Ciencia Antártica del Inach.
Su mayor valor, justifican peritos, es que tales piezas corresponden al primer mamífero chileno del Mesozoico y además al registro más austral de un miembro del grupo de los gondwanaterios, animales similares a roedores pero sin parentesco; de hecho, el Magallanodon baikashkenke tuvo el tamaño de un coipo.
-¿Qué te parece que tus ilustraciones para ambas investigaciones se publiquen en diversas plataformas a nivel mundial?
-Esas investigaciones demoran años en llegar a terminar (…). Es muy entretenido porque te pasan un secreto que tienes que albergar por un buen tiempo, a veces hasta tres años. Se van modificando y también estoy haciendo muchas ilustraciones en paralelo, tanto para esas instituciones como otras. Vas avanzando, siempre con muchas correcciones: son mínimo 100 por imagen. Es híper, hiperexigente.
Expresividad
Álvarez confiesa que se debe matizar el uso del computador con el dibujo tradicional de "trazo propio, lo que le da más expresividad a las imágenes", articuladas con la imaginación de los científicos y la propia, más todas las rectificaciones anatómicas.
Acotando que en cada proceso también se consulta a expertos como geólogos y climatólogos, el isleño menciona que "desde acá, Chiloé, del cerro" se imagina también el paisaje donde vivían esas criaturas hace millones de años, para luego plasmar lo que va recogiendo con su talento, echando mano también al uso de la tecnología.
"Para mí lo más importante es la mirada del animal, darle vida", resalta. Un sello que claramente se ve en el mosasaurio eclosionando en el agua o el trío de magallanodones en primer plano con unos dinosaurios de fondo. "En Chiloé hay lugares preciosos para ir a imaginarse cómo era todo en tal época", menciona, poniendo como referencia su propia vista en Llicaldad o estando en Cucao o los parques Ahuenco y Tantauco.
-¿Cómo valoras que alguien trabajando desde Chiloé sea parte de procesos investigativos de nivel mundial?
-En este momento, la pandemia afirmó eso, uno puede trabajar desde su casa o desde muchos lugares. Lo importante es la rigurosidad científica y trabajar en equipo es fundamental, porque tú solo es difícil que logres tantas cosas.
"Lo que yo hago en ciencia es generar un puente con la ilustración entre la investigación que es muy interdisciplinaria, y la sociedad".
Mauricio Álvarez,, diseñador e ilustrador en ciencia.
"Esas investigaciones demoran años en llegar a terminar (…) Es muy entretenido porque te pasan un secreto que tienes que albergar por un buen tiempo".
Mauricio Álvarez,
paleoartista.