Liderazgos vecinales surgen al alero de las ollas comunes
Ante la crisis, vecinos han tomado la iniciativa para afrontar sus necesidades. Experto señaló que esto debiera impulsar políticas públicas que fortalezcan la participación y organización vecinal no sólo en tiempos difíciles.
Vecinos del Biobío han tomado la iniciativa durante la pandemia para ayudarse mutuamente en tiempos difíciles. Las ollas comunes son una de las opciones más frecuentes en los barrios y, de acuerdo con expertos, ha permitido fortalecer la organización social y la unión territorial ante la crisis.
En ese sentido, se han podido generar alianzas entre fundaciones, campamentos y juntas de vecinos. No obstante, en muchos casos, son familias las que han tomado la iniciativa.
Luis Cuevas, jefe de Operación Social del territorio Concepción-Arauco del Hogar de Cristo, reflexionó sobre el significado de las ollas comunes y el liderazgo vecinal.
"Antes de la pandemia funcionaban varios comedores solidarios, al alero de la sociedad civil y de la Iglesia, preferentemente hacia adultos mayores, niños y personas en situación de calle", señaló.
No obstante, desde el 24 de marzo esto cambió. "Los comedores tuvieron que interrumpir por las indicaciones de la Autoridad Sanitaria, pero ya en mayo se empezaron a dar cuenta que las ayudas del Estado no llegan necesariamente a las personas más vulnerables y que existe una desconexión entre lo rural y lo urbano. Es ahí cuando los voluntarios se unen a los vecinos".
En ese sentido, ejemplificó con el trabajo de Fundación Techo. "Con los campamentos se ha coordinado bastante, sobre todo en Los Cerros de Talcahuano. En Boca Sur igualmente se han organizado los propios vecinos hace dos meses y éstos son solo algunos ejemplos", dijo.
La organización vecinal ha sido clave según Cuevas. "El actual sistema de políticas públicas ha desarticulado el tejido social. Hay mucha gente que mira las ollas comunes con estupor o recelo, pero esto releva los liderazgos territoriales de los vecinos, clubes deportivos, adultos mayores y mujeres. Hay unión y organización".
Es por eso que el jefe de Operación Social cree que "esto debiera ser un impulso para los municipios con el fin de fortalecer el entramado social en el barrio y que no venga otra crisis natural o emergencia sanitaria para que eso ocurra".
Agregó que "dar fuerza a este músculo que se activa con la organización de la sociedad es muy importante, porque muchas de estas ollas comunes funcionan con esfuerzos de la propia comunidad. Si bien en algunos sectores la empresa privada ha apoyado, en la gran mayoría se hacen a pulso".
Vecinos
Un ejemplo de organización ha sido el Campamento Las Algas de Talcahuano, donde llevan dos meses realizando ollas comunes y todos los días.
"Hay tres cocineras fijas. Variamos los platos. Tenemos legumbres, carbonada, cazuela y otros. Ahora estamos felices porque hemos postulado a dineros de Techo que ganamos y usamos para comprar ingredientes", dijo Cristina Durán.
La vecina explicó que "habíamos empezado con 9 kilos de arroz y ahora hacemos 17. Si antes cocinábamos 25 kilos de fideos, ahora son 40. Tenemos un sistema de contabilidad para definir las raciones y cuándo se acabarán. También hay familias que han ofrecido ayuda. Hay una organización clara".
Añadió que "estamos constantemente informándonos cómo van los casos de coronavirus y entre los vecinos tenemos confianza. Seguiremos haciendo esto durante la emergencia porque no queremos pasar hambre".
Guillermina Miranda, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Concepción, analizó el surgimiento de liderazgos. "Las asambleas territoriales y las ollas comunes lo han permitido. Hay personas adultas con mucha experiencia y mucha juventud. Sabemos que las ayudas tendrían que aparecer, pero no se ven, entonces si no nos ayudamos entre nosotros, estamos fritos".
En ese sentido, indicó que "las cajas de alimentos pueden durar 15 días y después ¿qué queda? En crisis siempre han existido las coordinaciones. Miranda ejemplificó con los casos de "Lorenzo Arenas, Barrio Norte o Las Princesas. Los mismos vecinos se apoyan con insumos, con recursos propios. Esta organización proviene de la necesidad y de que es una forma para parar la olla".
Los campamentos y barrios aseguran que las ollas comunes seguirán.
"Existe unión y coordinación entre los vecinos. Hemos aumentado las raciones".
Cristina Durán,, dirigenta Campamento Las Algas de Talcahuano
2 meses han durado las ollas comunes del Campamento Las Algas, todos los días.