El emocionante regreso a casa de quienes estuvieron varados
Meses de incertidumbre felizmente terminaron para gente de la zona que podía volver a Chile por la pandemia.
La pesadilla de quedar varados en otros países y no poder regresar a Chile terminó para varios penquistas, gracias a los viajes de repatriación.
Producto de la pandemia, los aeropuertos no estuvieron disponibles para el público en casi la totalidad de los países con una alta cantidad de casos positivos por covid-19. Eso perjudicó a muchos chilenos que esperaron por meses una solución desde la Cancillería para regresar a sus hogares.
El caso de Catalina Montero y Carla Uribe, estudiantes de Pedagogía en Lenguaje, fue uno de los más conocidos. Ambas fueron de intercambio a una universidad mexicana y quedaron varadas tras la emergencia sanitaria. Sin embargo, pudieron regresar a sus hogares en Concepción y Lota, respectivamente.
Catalina Montero contó que "recuerdo que estábamos viendo la posibilidad de ir a Miami para volver a Chile. Lo analizábamos en medio de la desesperación y la angustia porque no pasaba nada. Cuando íbamos a tomar la decisión, nos llegó un correo de la embajada informando que iba a salir un vuelo charter para todos quienes estábamos en Ciudad de México".
Ambas aceptaron la opción y conversaron con sus familias. Montero señaló que "todos eran chilenos. Cuando subimos al avión, el personal nos esperaba con una bandera chilena. Fue muy emocionante. El vuelo salió de Ciudad de México, hizo una escala en Perú y durante esa hora nadie se bajó ni se subió al avión. Luego llegamos a Santiago, donde mi papá me estaba esperando".
Cuando pisó suelo chileno, la penquista manifestó que "lloré cuando vi a mi papá. Me llegaron mensajes de todos lados, de mi hija y de mi pareja. Ahora terminé mi semestre en forma virtual y estoy en unas minivacaciones, aunque estoy haciendo clases particulares igualmente".
Carla Uribe contó que "la Cata me contó lo de la opción del vuelo charter. Yo estaba estudiando. Obviamente que me alegré y hablé con mi familia. A los cinco minutos ya teníamos los boletos".
La estudiante lotina recordó lo conmovedor del viaje. "El día anterior no dormí. Pasé de largo. A las 4 de la mañana pensé en todo lo que pasamos. Que nuestro intercambio terminará así de tajante. No lo esperábamos. La mayoría de los pasajeros éramos estudiantes de intercambio. Fueron muchas emociones encontradas. Me la pasé llorando en el vuelo porque fue bonito y especial".
"Mi papá me fue a buscar. No sabía si podía abrazarlo o no, pero fueron muchos meses esperando ese momento. Vi que el resto hacía lo mismo, así que no lo pensé. Lloramos de alegría", agregó.
Al igual que Montero, Carla Uribe terminó su semestre. "Ahora sólo toca disfrutar con la familia. Igual estoy haciendo cosas extra, como participar en un taller de una compañía de teatro y hacer las cosas que a mí me gustan".
Consultada sobre si le gustaría viajar nuevamente, señaló que "esto que pasó me dejó muchas enseñanzas a pesar de lo difícil que fue. Pretendo terminar mi carrera a fin de año y, si sale todo bien, seguir estudiando en el extranjero, en donde se me dé".
Larga travesía
El chef Jerónimo Rosas estaba varado en Australia y pidió ayuda a las autoridades para encontrar una forma de regresar a la zona.
No obstante, no fue un proceso que significara viajar desde Australia hacia Chile directamente. "Hubo que hacer un intercambio de ticket de vuelo entre Latam y Qatar Airlines. Con ese cambio tuvimos que hacer una ruta por Sydney, Qatar, Sao Paulo, donde tuvimos que alojar dos noches, y después tomamos un avión de Latam desde Sao Paulo hacia Santiago".
"Hubo mucho cansancio, me aburría viendo tantas películas en el avión yendo de Qatar a Sao Paulo. Veíamos los mapas cómo íbamos cruzando el Oriente Medio y África completa hasta llegar por el Océano Atlántico hacia Brasil. Tuvimos que cruzar el mundo para llegar a casa", añadió el chef.
Rosas señaló que el viaje fue muy largo. "Unas 42 horas más o menos. Nosotros llegamos a Santiago el día 12 de junio y el proceso fue rápido en cuanto a las medidas de seguridad. Todos con mascarillas y uso de alcohol gel", indicó.
Sobre el viaje de repatriación, contó que tomó la opción más rápida. "15 chilenos aceptamos el ticket de cambio porque otras familias tuvieron que esperar que salieran vuelos más adelante, con un vuelo directo de Sydney a Santiago, que fueron como 110 personas", describió.
No obstante, antes de abandonar Australia, tuvo que realizar diligencias. "Tenía que prepararme, desarmar la casa y vender lo que pudiera para recuperar cosas y volver sin inconvenientes. Inclusive vendí mi moto tres horas antes del vuelo, la pasaron a buscar y me fui al aeropuerto rápidamente".
Rosas quedó en cuarentena durante 15 días para cumplir con la normativa sanitaria para luego empezar con su emprendimiento "Mesa Incógnita" y con cocina local.