Karen Retamal
Se había resignado a pasar un Dieciocho con la bodega llena de vestidos de huasa. Sin embargo, en una conversación en familia se les prendió la ampolleta, donde la palabra delivery surgió como alternativa.La emprendedora Natalia Rojas cuenta que "nos quedaban aproximadamente 300 vestidos desde el año pasado y los cuatro años anteriores que habíamos estado en Concepción, nos instalábamos en los mall en stands para ferias libres. Nuestra clientela ya sabía que íbamos a estar en ese lugar e iba a buscarnos, pero desde el año pasado hasta ahora el escenario cambió, los vestidos ya estaban listos y como familia pensábamos qué hacer con tanto traje". Lo primero que hicieron fue venderles a los vecinos del barrio. "Nos dimos cuenta que empezaron a llamar la atención y subir los llamados telefónicos. Decidimos como familia que desde el lunes (pasado) que si los vecinos compraban era porque la gente de Concepción, Talcahuano y sus alrededores también iban a querer comprar". A través de su Facebook "Vestidos Huasita Chilena" hicieron la publicación, así como también a los contactos en WhatsApp. Rápidamente los empezaron a contactar. En una semana vendió 100 vestidos. "Estamos haciendo 20 a 25 casas diarias y las repartimos por comuna. Dividen las entregas por comunas y días. Somos tres despachando. Mi papá que es el cortador, mi esposo y yo. Mi mamá hace los arreglos constantes a vestidos que les quieren poner alguna flor, o que le quieren poner un diseño adicional o bordado. A todas las ventas a domicilio van con un regalito como un pañuelo o un tocado, por ejemplo, por habernos preferido en este año tan difícil", relata.
Hoy la compra es sin probar. No obstante, Natalia explica que luego de ser contactados por las personas, mandan las medidas y los modelos que tienen a través de un catálogo por talla. Luego, gracias a un salvoconducto colectivo, pueden ir a dejar los productos a las casas por un valor fijo de delivery. "El costo es de 2 mil pesos, no encarece mucho. Vamos con mascarilla, caretas y los vestidos no se prueban. Yo les mando las medidas y ellos eligen. Luego se hacen la entregas".En tanto, los vestidos van desde la talla 0 a la XL. Siendo los trajes para pequeñas los que más se han ido. "La talla de bebé es la que más se pidió este año. El 70% de los vestidos que he vendido han sido tallas 0-1-2. Estuvimos fabricando esta semana esas tallas y llegaron más. Se van súper rápido", señala.Eso sí, la semana pasada, también hubo una explosión de vestidos para las tallas escolares de 4-6-8. "Fue para las niñas que estaban con sus colegios que hicieron fiestas costumbristas a través de zoom y tenían que vestirse para eso", indica."La recepción de la gente ha sido súper buena", comenta Natalia Rojas, finalizando que "logramos salvar el Dieciocho, lo que caiga es bendición de Dios".
70 por ciento de los encargos son de tallas para bebés. Se van rapído, asegura la emprendora.