Natividad Espinoza R.

La Real Academia Española (RAE) hizo oficial la incorporación de la palabra "covidiota" al Diccionario Histórico de la Lengua Española. Ésta, para referirse a "quienes se niegan a cumplir las normas sanitarias dictadas para evitar el contagio de covid-19".

De acuerdo con la definición elaborada por la institución cultural, "covidiota" se origina del "calco estructural del inglés 'covidiot'", un término que comenzó a usarse con la llegada de la pandemia en 2020.

Si bien "covidiota" fue la más llamativa, su incorporación al tradicional diccionario no llegó sola, sino que se sumó al texto junto a otras palabras relacionadas con la pandemia del coronavirus, que se incorporaron en una actualización llamada "coronadiccionario", que fue definida como la "compilación de palabras creadas o activadas en el uso durante la pandemia del covid-19".

Otros términos

El coronadiccionario sumó también el vocablo "covidcidio" , definido como "exterminio de multitud de personas causado por la pandemia del covid", además de "covidengue", que hace referencia a la "coexistencia del covid y del dengue en una misma persona".

En tanto, la "actitud de la persona que, con exhibición de su riqueza, evita adaptarse a algunas de las normas sanitarias más comunes para evitar el contagio de covid", fue oficialmente llamada "covidiocia".

También hubo espacio para la entrada de "covidismo", que hace referencia a una "corriente de opinión que no cuestiona los planteamientos científicos y políticos adoptados a raíz de la pandemia del covid".

"Coronabebé", "coronaplauso" y "coronaboda" también fueron aceptadas por la RAE, tal como otras palabras con el prefijo "corona", que hace notar que lo mencionado pasó o nació en pandemia.

"Precovid", por su parte, se puede usar para referirse a hechos previos a la llegada del nefasto virus.

El debut de estas nuevas palabras ha generado controversia entre algunos usuarios de redes sociales que opinan que es más importante incluir otros vocablos al diccionario, al igual que el lenguaje inclusivo.

A Michael Collins se le conoció como "el hombre más solitario de la historia" y su historia se escribió una y otra vez, por ser el astronauta que que se encargó de la parte menos vistosa de la histórica misión Apolo 11: mantenerse en la nave mientras sus otros compañeros, Neil Armstrong y Buzz Aldrin, pisaban el suelo lunar y se tomaban fotos. Y ese hombre, falleció ayer a los 90 años tras un agresivo cáncer.

Collins se mantuvo en el módulo Columbia, orbitando a unos 96 kilómetros sobre la Luna -a la que describió como un "hueso de melocotón marchito y quemado por el Sol-, mientras Armstrong recitaba aquello de "un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad".

Al "astronauta olvidado", como también se le conoció, aquella posición tras bambalinas no le redujo su pasión por la exploración espacial ni, como recordaron sus familiares en el comunicado con el que dieron a conocer su muerte, la "gracia y humildad" con la que enfrentó los desafíos a lo largo de sus 90 años de vida.

la despedida

"Querido Mike, dondequiera que hayas estado o estés, siempre tendrás el fuego para llevarnos hábilmente a nuevas alturas", escribió en su cuenta de Twitter Buzz Aldrin, de 91 años y desde ayer el único sobreviviente de esa histórica misión.

El administrador de la NASA, Steve Jurczyk, resaltó que es indiscutible su legado "como uno de los líderes que dio los primeros pasos de Estados Unidos en el cosmos".

"Su espíritu nos acompañará mientras nos aventuramos hacia horizontes más lejanos", agregó Jurczyk, en momentos en que la agencia aeroespacial tiene la mirada puesta en Marte, el planeta rojo y al que Collins apuntó como la siguiente fase de exploración.

"No quiero volver a la Luna. Quiero ir a Marte. (John F.) Kennedy nos mostró el camino", dijo Collins en 2019, durante los actos con motivo del 50 aniversario del que fue el primer viaje tripulado que alcanzó la superficie lunar, hito logrado el 20 de julio de 1969.

90 años tenía Michael Collins. Falleció de un agresivo cáncer que lo afectó el último tiempo.

Un retrato pintado por Pablo Picasso de Françoise Gilot, la que fuera musa y pareja del artista por una década, saldrá a subasta en Nueva York en una venta organizada por Sotheby's, que supone la primera vez que el cuadro llega al mercado en los últimos 35 años y donde se estima que podría alcanzar los 18 millones de dólares. "Femme assise en costume vert", que podrá verse en la sede neoyorquina de Sotheby's desde el sábado, pertenece a un grupo de cuadros que el español creó entre el invierno de 1952 y la primavera de 1953, cuando Picasso y Gilot vivieron juntos en Francia.