Verónica Milla Figueroa
Salvar vidas es uno de los trabajos más riesgosos que se desarrollan en el mar, pero son varios los que dedican su tiempo y pasión a ello. Es el caso de Gustavo Carvajal Valenzuela, de 28 años, oriundo de Lota y profesor de Educación Física. Hace cuatro años se desempeña como salvavidas en la temporada estival en Playa Blanca, en donde también practica bodyboard.
"Ser guardavidas se complementa con el deporte y es una experiencia genial mezclar mis pasiones, es un ambiente grato con mis compañeros y las personas que asisten a la playa", comenta.
Carvajal enfatiza en los principales errores que cometen los bañistas, especialmente en aquellas acciones temerarias. "Uno de las más comunes es tratar de llegar a la línea de boyas que delimita cierta parte del balneario. Si uno no cuenta con una buena técnica de nado, se puede cansar y quedar a medio camino", advierte.
Hace dos años, le tocó salvar una vida por este motivo. "Era Navidad y por la alta afluencia de público, decidimos quedarnos un rato más tarde de nuestro horario habitual. A las 19:45 aproximadamente, vimos a un adolescente nadando en el fondo y lo comenzó a arrastrar la corriente", relata.
Cuando hay algún tipo de marejada o corrientes muy fuertes, a los salvavidas se les complica el rescate, afortunadamente, lograron actuar a tiempo. "Mientras su papá estaba desesperado esperando afuera, logramos sacarlo sin complicaciones. Nos marcó mucho por el hecho de quedarnos hasta más tarde de nuestro horario y hubo un agradecimiento muy grande de la gente", expresa.
Sobre la valorización que tiene su labor por parte del público, el salvavidas dice que "a veces se ve que los visitantes no aprecian nuestro trabajo y lo ven como algo innecesario, piensan que vamos a matar el día, pero una cultura de playa exige guardavidas con la preparación necesaria para resguardar un balneario".
Para lograr una buena formación, Carvajal dice que "debe haber un acondicionamiento físico, una parte de natación, otra específica de técnicas de rescate, primeros auxilios y conocimientos teóricos sobre legislación marítima. Todo esto lo evalúa la Armada de Chile para otorgar la licencia de guardavidas que tiene vigencia por un año".
En cuanto al Covid-19, esta temporada fue diferente debido a las cuarentenas, pero de igual forma los salvavidas se hicieron presente durante todo el verano, preparados para cualquier eventualidad. En Playa Blanca hay protocolos establecidos para realizar los rescates,
"Para trabajar de salvavidas es necesaria la prevención, siempre educar a los bañistas y reducir las acciones imprudentes, de esta forma se previenen acciones más graves y accidentes por inmersión", reflexiona Carvajal, quien pretende continuar con esta labor la mayor cantidad de tiempo posible.
"Mezclar mis pasiones es una experiencia genial, así como estar con mis compañeros.
Gustavo Carvajal
"Ser salvavidas implica mucha preparación en lo físico, técnico y teórico sobre la legislación.
Gustavo Carvajal