El toque de "El Franchute" a la comida penquista
Nicolas Nesme llegó a fines de 2019 por amor a Concepción. Hoy, ese amor se unió al que tiene por la cocina, surgiendo su producto: el taco francés original.
Esta es una historia de amor que surgió en Irlanda, pero que en Chile se transformó (o aumentó) a una culinaria. Fue en el país europeo donde el francés Nicolas Nesme conoció a una chillaneja de la que nunca más quiso separarse. Hoy, en Concepción él es conocido como "El Franchute", pero no por su nacionalidad, sino que por su delicioso emprendimiento: tacos franceses.
Retomando la historia de amor, Nicolas relata cómo partió todo: "Fui a Irlanda a aprender inglés y allá encontré a mi polola, Gabriela. Empezamos a pololear allá y luego encontré un trabajo en Bruselas. Ella dejó todo lo que tenía en Irlanda, donde estaba estudiando, para seguirme en Bélgica. Fue un sacrificio muy lindo. Pero, por un tema de la universidad, tras cinco meses viviendo juntos, tuvo que volver a Chile".
Pasaron seis meses de relación a distancia hasta que él decidió que debía estar con ella. "El amor era más fuerte, así que dejé absolutamente todo lo que tenía en Europa y me vine a Chile. Llegué directamente a Concepción, porque ella es de Chillán, pero estaba estudiando en Conce", añade.
Llegó una semana antes del estallido social, por lo que para él fue "una bienvenida interesante" y luego, una pandemia, "interesante también", agrega, comentando que "es toda una aventura la que estoy viviendo en Chile".
Ahora, la versión culinaria de la historia. Pese a los dos complejos escenarios, decidió emprender en el país, creando "El Franchute", street food francesa que se ha convertido en todo un fenómeno entre los penquistas. Solo el denominado "Franchute normal" tiene entre sus ingredientes, como base, salsa de queso casera (queso importado desde Francia), papas fritas caseras, envueltos en una tortita de 22 centímetros. A estos, se les pueden agregar una proteína y dos aderezos al gusto.
Eso sí, su gusto por la cocina no nació en Chile, sino que en Francia. "Crecí en una familia que estaba enamorada de la cocina. Estudié un poco de concina, pero no me dediqué completamente a eso, porque para mí es más una historia de amor. Mis abuelos tenían un restorán, así que crecí cocinando y siempre lo he hecho en mi vida. Estudié para ingeniero comercial, pero siempre estaba cocinando los fines de semana", dice.
A la francesa
Nicolas asegura que es una persona muy peculiar y que las secuelas del estallido social ni la pandemia lo hicieron titubear sobre hacer algo en tierras penquistas. "En la vida hay un camino complicado y otro fácil. Yo siempre elijo el complicado. Decidí tirarme a la piscina, como dicen acá", cuenta. Fue así como, tras aprender español (porque no hablaba ni una pizca de este), en su departamento en Concepción, mientras buscaba trabajo como ingeniero comercial, cocinaba siempre, aunque igual pedía por las aplicaciones de delivery. Acá notó que la oferta culinaria no era la más amplia a nivel de carta.
"Faltaba como algo más casero. Encuentro que acá la comida rápida es muy industrializada (…). Al final, estaba cocinando y cocinando, cuando le dije a mi polola que le iba a cocinar algo distinto. Preparé un taco francés. Ella me dijo que le encantó. Su hermana lo probó y lo encontró demasiado bueno. A sus amigos, igual. Todos me dijeron que abriera algo luego. Poco a poco, el emprendimiento partió en mi departamento, cocinando una vez a la semana, vendiendo a mis vecinos y a los amigos de mi polola y su hermana. Crecí, crecí y crecí, al punto de que decidí abrir el local".
En julio de 2020 encontró su actual dependencia en La Monarca (Aníbal Pinto, entre Cochrane y Chacabuco), con una terraza grande que era lo que buscaba para que todos pudieran compartir y "donde haya vida". Remodeló él mismo el lugar durante dos meses y abrió a principio de diciembre. Desde ahí, los paladares penquistas han caído rendidos ante el sabor de "El Franchute".
Eso sí, confiesa que al principio tenía miedo de la recepción del público. "Es raro poner papas fritas en un sándwich. Me decían que ponerlas en un taco debía ser pesadísimo. Dudé un poco también, pero dije: "Sí o sí mi comida casera va a funcionar". Por eso la recepción de la gente fue muy buena. Estoy tratando de que la experiencia sea completa, desde la compra hasta comer", cuenta.
"Estoy importando quesos desde Francia. Si fuera por mí, todo sería de mi país, pero no se puede ahora, así que recibo todos los días papas de un productor que está en Talca", señala, explicando que le importa el sabor de su preparación, así como también los precios. "La idea es que sea accesible. Me molesta un poco la imagen de que lo que es francés es caro. Cuando gente viene, cree que el local es caro, pero no es así. Estoy tratando de romper esa imagen y que en Francia también comemos bien, mucho y que no es como un restaurante gourmet con un caracol en el plato y 25 gramos de carnes, por $45 mil. Eso no es lo único que hay en Francia", expresa Nicolas, quien, a pesar de extrañar a su familia, la que espera ver pronto, se ha adaptado a Concepción. "Es mi lugar", cierra.
"Crecí en una familia que estaba enamorada de la cocina".
Nicolas Nesme,, dueño de El Franchute