Natividad Espinoza R.

Cada vez son más las contraseñas que hay que recordar. La del banco, la Clave Única, las de los mails, las de las distintas redes sociales y las de diversas tiendas son sólo algunas y, para peor, muchas son de uso habitual. ¿Qué hacer para recordarlas?

El psicólogo de Psyalive.com, John Pizarro, dijo que hay una forma de recordar las claves más fácilmente y tiene que ver con la elección de las mismas.

"Para poder recordar con facilidad, las contraseñas deben tener números y letras significativas, pero que no sean datos que se puedan deducir fácilmente. Se puede utilizar, por ejemplo, una combinación entre el número de camiseta que se usó al jugar fútbol, las iniciales de una película favorita y el número de integrantes de un grupo de trabajo. Luego, es bueno dejar algo que recuerde cada uno de estos datos en una determinada habitación de la casa y cuando sea necesario recordar claves, hacer un recorrido por la casa".

Se puede optar por los mismos datos, pero combinados de manera distinta para que las claves no sean iguales.

Desde un punto de vista más técnico, Brian Guzmán, CBO de Awakelab, sugirió usar un gestor de contraseñas. "Se trata de una herramienta que funciona como un banco de contraseñas que permite que tengas una clave y que por medio de ella puedas acceder a un banco de contraseñas", explicó.

Añadió que hay herramientas de este tipo que son de pago y otras que son gratuitas.

¿y si no hay caso?

Aunque estas técnicas pueden resultar muy efectivas, a veces la cantidad de claves que hay que manejar es tan grande que no hay memoria que dé abasto, por lo que la mayoría prefiere tener un respaldo.

Tomando en cuenta esto, el experto en ciberseguridad y director de tecnología de neatpagos.com, Javier Benavides, sostuvo que "muchas personas guardan sus claves en un documento de Word en el computador o en un Drive, lo que los expone a que, si son hackeados, los ciberdelincuentes conozcan todas sus contraseñas".

Al respecto, el experto advirtió que: "Aunque parezca del siglo pasado, las claves están más seguras en un papel en el velador, que en un PC". Otra opción, dijo, "es que si se dejan en un documento dentro de un dispositivo se opte por no poner el nombre ni escribir a qué corresponde cada contraseña".

Otra derrota cultural

De un tiempo a esta parte los maceteados costillares de chancho que toda la vida hemos consumido han ido desapareciendo en la medida que otros costillares, más pequeños, angostos y escuálidos de carne ganan presencia y sobre todo adeptos. De esta forma, ese costillar de siempre, que además de la corrida de huesos viene con una deliciosa tapa de carne, retrocede y retrocede. En la otra mano, este ya mencionado costillar pequeño y discreto gana terreno. ¿De qué costillar estamos hablando? Del estadounidense, que ha llegado de la mano de los supermercados -junto con una gran cantidad de otros cortes importados- y que ha conquistado a los paladares chilenos. O mejor dicho, a los bolsillos nacionales, porque como tantas veces ha pasado, lo importado llega más barato y -al final- es el precio el que manda a la hora de comprar. Pero tampoco hay que ser injusto, por lo que debo reconocer que a mucha gente le gusta este costillar que es puro huesito y que por lo mismo es más una diversión que un alimento. Tiene además a su favor toda la onda gringa que tantas veces ha arrasado con preparaciones nuestras y que en este caso no es la excepción.

Así las cosas, estas costillas gringas son las mismas que la gente ha visto por años en las películas y que ahora tiene a su disposición y más encima a buen precio y con la posibilidad de agregarle una salsa barbacoa estadounidense que se vende lista y también a buen precio en el supermercado. Con este panorama, el tradicional aliño de chancho a la chilena (salsa de ají rojo, comino, orégano, ajo, sal y vinagre) también tiende a verse menos, igual que nuestro criollo costillar. De hecho, hasta en restaurantes de carnes nada de módicos me ha tocado encontrarme con estas "ribs" con aliño agridulce y no con nuestro tradicional costillar picantito. Pero a la gente le gusta, y mucho, de hecho ya hay costillares chilenos que vienen con el corte estilo gringo. ¿Qué le vamos a hacer? Nada, porque aquí no se obliga a nadie y si prefieren la miel a la sal de ají rojo cuando hablamos de chancho, así serán las cosas. Sin embargo, nunca está de más recomendar una receta como la de hoy. Con un costillar gordito y bien bien aliñado. "Llamador de trago", como dicen por ahí.

Ingredientes

(Para cuatro personas)

2 kilos de costillar nacional (con malaya)

1 taza de merquén

1 taza de vino blanco

2 limones

Sal y aceite de oliva

En un bowl bien grande poner el merquén y agregarle la taza de vino blanco. Revolver bien para que el merquén se hidrate lo suficiente y luego pasar por esta mezcla los costillares previamente salados por todas sus caras. Dejarlos ahí por un par de horas para luego sacarlos del líquido, rociarlos con un poco de aceite de oliva y envolverlos en papel de aluminio. A continuación, ponerlos en el horno medio por 35 a 40 minutos. Después, sacarlos del horno y abrir su envoltorio, agregarles una buena cantidad de jugo de limón y llevarlos de vuelta al horno fuerte solo hasta lograr su dorado. Sacar del horno, porcionar y servir.

Costillar de cancho al merquén

por Álvaro Peralta / @dontinto

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