"Chokita": una oportunidad desaprovechada
Las marcas son como los seres vivos: nacen, crecen, evolucionan y deben encontrar la forma de adaptarse a su entorno para lograr persistir. Esto fue justamente lo que pasó con el sorpresivo anuncio de Nestlé. Probablemente, hasta ahora nadie se había cuestionado el nombre de la icónica "Negrita", pero la empresa decidió cambiar el nombre de la marca a "Chokita" a partir de octubre. Automáticamente, las redes sociales se llenaron de memes en respuesta al cambio e incluso, desató el cuestionamiento a los nombres de otros productos históricos.
"(Chokita) Es el resultado de una evaluación que busca identificar conceptos que pudieran considerarse inapropiados a la luz de la mayor conciencia sobre las marcas y su lenguaje visual respecto del uso de estereotipos o representaciones culturales" detalló Nestlé sobre la actualización, lo cual considerando que la marca tiene 60 años en el mercado, responde de buena manera a los cambios socioculturales de la sociedad chilena. Pero ¿por qué no incluir a los principales involucrados en la decisión? Los consumidores.
En estos tiempos, la transformación de las marcas va conectada con la sociedad y lo que estas necesitan día a día. Esto trae consigo el desafío de incluir a los usuarios en la conversación para generar mayor cercanía y compromiso con la comunidad, y al mismo tiempo, crear una excelente oportunidad de recordación de marca y ventas.
Las marcas se enfrentan a usuarios cada vez más exigentes y alertas a cualquier estímulo gracias a la inmediatez tecnológica. Por esto, no solo es necesario que los productos y marcas estén acorde a los tiempos que vivimos, desde una mirada más sostenible y humana, también debemos entender la transformación como un aporte para la comunidad.
Cuando Nestlé precisa que sus consumidores "entenderán y apreciarán esta decisión" en pro del respeto y la diversidad, moralmente están en lo correcto. Pero, ¿qué tal si además hubieran hecho una campaña para despedir a la famosa "Negrita" a lo grande? Con un sello para los nostálgicos del formato original, una cuenta regresiva hasta el cambio definitivo o incorporando a la audiencia a través de encuestas en las redes para saber qué les parece este cambio e incluso que ellos fueran los protagonistas de la transformación al elegir un nuevo nombre. En el mundo de las marcas, la oportunidad de adaptación debe darse lo más natural posible, ¿y qué mayor naturalidad que hacerlo de la mano de los consumidores?
Columna
Ariel Jeria, gerente general de Rompecabeza