El temblor de 6,6° puso nervios de punta en Conce
Expertos sostienen que la seguidilla de sismos corresponden a una secuencia sísmica con dependencia de un evento de mayor magnitud, como el 6,6 de ayer.
Un temblor de 6,6° Ritcher registrado a las 10.14 de ayer sacudió la mañana de cientos de penquistas, quienes, alarmados por lo intenso del movimiento telúrico, no dudaron en evacuar sus casas, departamentos y lugares de trabajo.
Paula Torres fue una de ellas. La penquista vive en uno de los edificios que está junto al espacio que en 2010 ocupaba el Alto Río, y por lo mismo dijo que "uno ante cualquier temblor piensa lo peor, y éste fue fuerte, así que, cuando pude, salí del edificio, además que vivo en un piso 20", afirmó.
Si bien el movimiento causó alarma entre la población, el delegado presidencial del Biobío, Patricio Kuhn, informó que no se registraron mayores incidentes, agregando que "el llamado a la población es a la calma y a seguir atentos las informaciones que se entregan".
Mejor preparados
"Los datos que se muestran de su profundidad, de sus características y de los otros pequeños sismos que se registraron en el área, estaríamos hablando del fenómeno de subducción entre las placas de Nazca y Sudamericana", explicó el geólogo y académico de la Unab, Edgard San Miguel. El experto añadió que el movimiento refleja este histórico fenómeno que ocurre y seguirá ocurriendo.
Para la tranquilidad de la población, San Miguel dijo que en la historia documentada de Chile, "esta zona (frente a Concepción) no es epicentro de grandes terremotos. Estamos hablando de esa zona específica que tiene un comportamiento que poco a poco disipa la energía".
Para Andrés Tassara, docente de la Universidad de Concepción y especialista en la materia en la zona en la que están ocurriendo estos sismos, dijo que hubo poco deslizamiento para el 2010, "por lo tanto es una zona que localmente no liberó toda la energía sísmica que se había acumulado desde 1835, que fue el último terremoto grande". Añadió que esa zona se volvió a bloquear rápidamente según los datos de GPS y "es un lugar que podría incubar en un futuro un terremoto de 7,5° a 8° como magnitud máxima que podría alcanzar una secuencia de este estilo, lo que es un terremoto grande, preocupante, pero no gigante".
Para el docente investigador de la Universidad San Sebastián (USS), Víctor Aguilar, la ingeniería estructural como disciplina cambió con el 27/F, por lo cual estaríamos mejor preparados para enfrentar un gran terremoto.
"Se mejoró la clasificación sísmica de los suelos y se incorporaron requisitos nuevos en el diseño de edificios y puentes. Eventos similares en el mundo además han llevado a hablar no sólo de resistencia, sino de resiliencia. Sin duda la infraestructura nueva y nuestra sociedad están mejor preparadas que hace 10 años".
En tanto, Rody Toro, director de Ingeniería Civil de la USS, coincidió con su par, señalando que el 27/F se constituyó en un gran aprendizaje que generó incluso cambios normativos (más exigentes y restrictivos). "Por ello, las estructuras modernas claramente son más eficientes".
Tassara, por su parte, indicó que estamos muchísimo mejor preparados que el 2010, particularmente en temas de alerta temprana, y no sólo desde el punto de vista instrumental y de cómo se ocupan los datos, sino que también en la coordinación de instituciones.
"Es una zona que podría incubar en un futuro un terremoto de 7,5° a 8° de magnitud máxima".
Andrés Tassara, geólogo.
¿es un enjambre?
Un enjambre de sismos son un grupo de temblores que tienen todos una magnitud similar y no hay una dependencia de uno con respecto a otro en cuanto a la magnitud a diferencia de lo que estamos sintiendo ahora que es una secuencia sísmica, explicó el académico Andrés Tassara de la UdeC. El docente agregó que "lo que hemos sentido durante estos días es una seguidilla de sismos que ocurren en una misma zona", pero no serían un enjambre.