La puerta de entrada al trabajo formal
Un lugar donde no importa cómo te vistas, tu color de pelo, tu peso, tu edad, tu altura, tu religión, tu pensamiento político. Un lugar donde puedes tener una hora médica, comprar el producto estrella de una pyme o juntarte a tomar un café pospuesto por la pandemia. Toda esa diversidad y amplitud de posibilidades de los centros comerciales, mostró el primer estudio de caracterización laboral de nuestra Cámara, elaborado en colaboración con la CNC y el SENCE.
La investigación puso el foco en las personas que hacen posible el funcionamiento de los 276 establecimientos comerciales a lo largo del país y demostró que desde ellos comienza la diversidad. De los casi 100 mil colaboradores que se desempeñan en los centros comerciales, el 57% corresponde a fuerza laboral femenina, el 18% a extranjeros, la mayoría tienen menos de 44 años (88%), el nivel educacional del 62% es técnico en educación superior y cerca de un 3% tiene alguna discapacidad.
Los datos confirman espacios laborales diversos e inclusivos pero sobre todo, configuran la primera puerta de entrada al trabajo formal. Está demostrado a nivel internacional (70%) que el hecho que el primer empleo de un joven sea formal incide fuertemente en que una persona continúe en su vida con ocupaciones con horarios establecidos, derechos legales y sociales, y sus correspondientes beneficios.
Esta es una razón más por la que debe protegerse el empleo en los centros comerciales, que, pese al golpe de perder un tercio de su fuerza laboral por la pandemia y el avance del comercio electrónico, siguen siendo los lugares preferidos por las personas. Más de 757 millones de visitas recibían estos establecimientos antes del coronavirus y hoy, lentamente, pese a los aforos, se están recuperando.
Otra de las conclusiones del estudio indica una transformación en las competencias laborales para quienes se desempeñan en el sector. Mayores habilidades digitales, de logística, socioemocionales y de multifuncionalidad, son algunas (varían de acuerdo con los cargos). Lo anterior desafía a los centros comerciales y al comercio en general, en el sentido de adaptarse más rápidamente a un nuevo mercado y a un nuevo consumidor, que hoy es mixto, transita desde internet a la compra física; demanda espacios de entretención y quiere volver a compartir con otros, tras años de encierro intermitente; y quiere retomar la libertad de salir, de recuperar esa amplia oferta de bienes y servicios que tenía hace un par de años. Y es que la flexibilidad se ha afianzado en los horarios de los centros comerciales, con diversos turnos que obedecen a diferencias territoriales, climáticas, sociales, económicas y de autorregulación en favor de las preferencias de los consumidores.
Columna
Katia Trusich, Presidenta Cámara de, Centros Comerciales