El derrame que cambió la Bahía de San Vicente
Pescadores aseguran que áreas de manejo se perdieron desde 2007. Expertos se refieren a los daños ocurridos.
El 25 de mayo de 2007 es una fecha que muchas personas no pueden olvidar, especialmente los pescadores de la Bahía de San Vicente, quienes, aún recuerdan el derrame que se estimó inicialmente en 350 metros cúbicos de petróleo, pero estudios posteriores confirmaron que era cercano al doble.
Trabajadores aseguran que hasta hoy se notan las consecuencias negativas de este hecho, ya que ha perjudicado la posibilidad de tener más áreas de manejo para la pesca, además de los daños ambientales evidentes.
Pelantaro Inostroza es pescador de segunda generación en San Vicente y señaló que el deterioro de la bahía empezó muchos años antes. "Históricamente hemos tenido tres derrames de petróleo. El primero en 1976 con más de 30 mil toneladas y que llegó hasta Valdivia. Luego ocurrió el derrame con incendio en 1993 en donde arrancamos a Lenga para recuperar el aliento y después pasó lo de 2007, que fue igual que el anterior, salvo las llamas, que las imaginábamos".
Inostroza señaló que el último derrame provocó un desastre ecológico. Asimismo, señaló que hubo un proceso judicial que duró 14 años. "Muchos pescadores arreglaron extrajudicialmente, pero un grupo de más de 40 personas seguimos hasta el final y logramos ganar a Enap en primera instancia y posteriormente a la aseguradora para que nos pague las indemnizaciones que seguimos esperando. Algunos de nosotros murieron esperando el dinero".
Finalmente, señaló que "a pesar de lo largo que fue, pudimos sentar un precedente de que si pasa algo igual, los responsables se deberán hacer cargo".
César Jorquera, presidente de los pescadores artesanales de San Vicente, indicó que el derrame provocó perjuicios permanentes. "Un sindicato ya tenía lista un área de manejo para la cosecha de locos, pero la perdieron. El disipador de combustible tiró los hidrocarburos a fondo y quedaron adosados a las piedras. Muchos crustáceos arrancaron y hay zonas en donde no se puede capturar nada".
Bajo su perspectiva, Jorquera aseguró que "la Bahía de San Vicente está perdida desde el 2007. Si a eso sumamos que hay una planta de tratamiento cerca y que hay cañerías subterráneas que siguen presentes en Infiernillo, el futuro no es esperanzador. Solo tenemos muchas embarcaciones por el boom de la jibia".
Por último, dijo que "los temores de que esto se repita siempre están porque creo que las medidas de control, de fiscalización y las normas ambientales siguen siendo débiles".
expertos
Otro de los efectos del derrame de petróleo de 2007 se evidenció en la flora y fauna del lugar, específicamente, en las aves.
Testigo de ello fue el académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC, Sergio Donoso, quien analizó, en conjunto con otros profesores, cadáveres de aves empetroladas.
"Lo que encontramos fueron dos cosas. En primer lugar, la muerte por el contacto directo con el petróleo en que algunas murieron por la toxicidad y otras por la hipotermia, debido a que el hidrocarburo pasa las capas profundas bajo lo que es el plumaje. La otra causa es la intoxicación al consumir peces y otras presas que al interior de su cuerpo tengan petróleo", explicó el académico.
Respecto a los efectos de este derrame, Donoso señaló que "en el corto plazo afectó a todo el ecosistema, como es el caso de la muerte de aves y, en la flora, las algas no pudieron realizar una correcta fotosíntesis ya que el petróleo forma una capa superficial que impide el paso de la luz".
Por su parte, Ricardo Barra, director del Centro Eula, señaló que los efectos en el largo plazo son más difíciles de determinar si no hay un monitoreo continuo, como se realiza en otros países.
"Está el Cambio Climático, las marejadas y otros efectos que han cambiado las condiciones del mar. Por eso se hace prácticamente imposible determinar si el derrame de petróleo de 2007 generó efectos hasta hoy sin ese monitoreo", dijo.
Finalmente, el experto señaló que "el llamado que hago es a tener un seguimiento más continuo de este tipo de situaciones. La forma de monitorear la contaminación costera necesita una reforma profunda".
"La Bahía de San Vicente está perdida desde 2007. El disipador solo tiró petróleo al fondo del mar".
César Jorquera