N.E.
Las guaguas tienen un ciclo de sueño distinto al de los adultos, lo que generalmente afecta el dormir de los padres. No obstante, también hay ocasiones en que los menores de dos años presentan trastornos del sueño y este fenómeno ha ido en aumento durante el último tiempo.
Según cifras de Clínica Somno, actualmente un 30% de los niños de menos de dos años tiene insomnio. Pero, ¿cómo reconocer este problema en bebés?
El dr. Sebastián Rodríguez, médico neurólogo infantil de dicho establecimiento, aseguró que, en promedio, un recién nacido debe dormir 16 horas diarias, que pueden dividirse en varios episodios.
Asimismo, sostuvo que desde antes de nacer, las guaguas tienen neuronas que funcionan como "reloj biológico". No obstante, el funcionamiento de éste -tal como en los adultos- también se ve influido por las condiciones medioambientales de luz-oscuridad. Es cerca del tercer mes de vida cuando se aprende a sincronizar estas dos informaciones, de manera que el bebé puede empezar a coincidir el ciclo vigilia-sueño con el ciclo día-noche.
Así, desde los tres meses los despertares nocturnos van cayendo y empiezan a dormir de forma continua, prácticamente toda la noche. Pero estos despertares pueden persistir, como consecuencia de una consolidación inadecuada del período de sueño nocturno.
Ya a los dos años, dijo el médico, los bebés deberían dormir por la noche unas 10 horas, más dos siestas.
Sin embargo, el neurólogo explicó que "es importante destacar que las necesidades de cada bebé varían. Si le cuesta regularmente conciliar el sueño, mantenerlo o si está somnoliento durante el día, se debería considerar un problema y es necesario consultar con un experto".
Tips para dormir bien
A fin de facilitar el buen dormir de sus hijos, Rodríguez sugirió a los padres:
Promover la quietud: evitando actividades estimulantes cerca de la hora de dormir.
Establecer una rutina: tomar un baño, leerle un libro o mecerlo pueden ser hábitos que lo ayuden a dormirse. También darle una manta o peluche con que pueda dormir.
Acondicionar la habitación: reproducir música suave, atenuar las luces o poner una lámpara de luz para bebés y mantener una temperatura cálida ayudan a la conciliación del sueño.
Poner al bebé en la cama o cuna cuando esté somnoliento: para que no se acostumbre a dormir en brazos. Ojalá antes de que esté dormido.
Contener al bebé si tiene miedo a la oscuridad o a quedarse solo: darle seguridad, no obligarlo a dormir con miedo e intentar arrullar sin levantarlo de la cama.
Los bebés deben dormir de espalda: sin materiales blandos que puedan bloquear sus vías respiratorias.
Reaccionar ante el llanto sólo cuando corresponda: esperar unos minutos antes de aparecer en su pieza para ver si el llanto va disminuyendo y ayudarlo a tranqulizarse solo.