Vacunación y los antivacunas: una historia de casi 150 años
En 1877, el doctor porteño Ramón Allende Padín presentó un proyecto de ley de vacunación obligatoria contra la viruela, como ahora hubo quienes se opusieron, y dicha peste continuó matando a miles de chilenos.
Desde que se descubrieron las vacunas a fines del siglo XIX, no han faltado las voces opuestas que se han manifestado contrarias a ellas. El argumento más recurrente es la libertad personal. En su lucha contra las vacunas, personajes políticos, deportistas, periodistas o personas de a pie se niegan a la aplicación de alguna de las dosis. Muchas de estas personas han terminado contagiadas, hospitalizadas y, en algunos casos, han fallecido. La lista es larga.
Entre los personajes públicos más notorios está el Presidente de Brasil Jair Bolsonaro, quien contrajo el coronavirus durante la primera semana de julio del 2020. Cree estar inmune. Por eso, no se ha vacunado de esta peste que alguna vez calificó como "gripecilla".
En Estados Unidos, el televangelista Marcus Lamb falleció a consecuencia del covid-19. Era un conocido activista antivacunas que fundó en 1997 una red de televisión cristiana. Desde ese canal se pronunciaba en contra de la pandemia y las vacunas. Lamb aseguraba que el antídoto contra el coronavirus "no era realmente una vacuna", sino una "inyección experimental".
Su hijo Jonathan calificó la muerte de su padre como un "ataque espiritual del enemigo".
Vacunación en chile
Chile tiene una larga historia en materia de vacunación que se inicia en el Siglo 18 con la viruela. El fraile Manuel Chaparro, en 1765, comenzó con inoculaciones con las pústulas de los variolosos para prevenirla. Fueron unas 5.000 personas las que recibieron la vacuna y nadie murió.
El primer llamado por la vacunación masiva comenzó durante el gobierno de José Miguel Carrera. Así lo indicó La Aurora de Chile, el 14 de mayo de 1812, que en sus páginas señaló: "Durante el último mes de abril han logrado preservarse de la viruela por el remedio de la vacunación, suministrada sin costo alguno en las casas consistoriales".
En el mismo periódico se convoca a la vacunación a quienes se hayan "expuesto al estrago mortífero de la viruela natural".
Sin embargo, miles de personas morían anualmente de viruela. En tiempos de la Guerra del Pacífico fallecieron más por la enfermedad que soldados en el campo de batalla y quienes sobrevivían quedaban con la cara desfigurada por las marcas de las pústulas desarrolladas en la infección.
Doctor allende padín
En 1877 el diputado y médico Ramón Allende Padín presentó al Congreso el primer proyecto de ley sobre vacunación obligatoria contra la viruela.
Sin embargo, la moción generó un arduo debate en el Congreso y fue rechazado en 1882. La discusión estuvo entre quienes abogaban por la necesidad de que el Estado protegiera la salud de la población y quienes consideraban esto como un atropello a las libertades individuales.
Allende Padín se destacó por su filantropía en Valparaíso, atendiendo a la gente más humilde a quien no cobraba y entregaba los remedios, alimentos y ropa comprados con su propio peculio.
En 1871, fundó la escuela Blas Cuevas, a la que más tarde se agregó su nombre Ramón Allende. Fue elegido diputado y se desempeñó como presidente de la Sociedad Médica de Santiago. Al estallar la Guerra del Pacífico, abandonó su escaño parlamentario y se ofreció como voluntario. Ocupó diversos cargos para llegar a ser superintendente del Servicio Sanitario en Campaña.
Para conocer más de este importante personaje público, entrevistamos a su bisnieta, la senadora Isabel Allende Bussi.
¿Cómo lo definiría como persona?
"Como un servidor público ejemplar, un médico de fuerte vocación, convencido de que al Estado le correspondía hacerse cargo de la salud púbica en una época en que la atención en salud estaba a cargo de entidades de beneficencia bajo el concepto de caridad. Su amor y preocupación por Chile lo llevaron a participar activamente en la actividad política, siendo elegido diputado por dos períodos y senador suplente. Se incorporó voluntariamente al Ejército durante la Guerra del Pacífico, donde creó un servicio de hospitales móviles que incluía médicos cirujanos, enfermeros y material quirúrgico para atender a los heridos, iniciativa que salvó de la muerte a centenares de heridos graves por los combates. Fue Gran Maestre de la Masonería. Falleció a los 39 años de edad.
¿Cuál cree que es su mayor legado?
Luchar por una medicina social considerando que la salud es un derecho igualitario. Por ello, si bien era partidario de mantener la medicina privada, consideraba que correspondía el Estado asumir un papel relevante en la salud pública, contrario al concepto de Estado subsidiario hoy día vigente en nuestro país. Esta convicción estaba acompañada por una fuerte vocación por la educación pública de carácter laico, por ello fundó las Escuelas Blas Cuevas".
¿Qué habría que destacar en su actividad parlamentaria?
"Haber sido el primer parlamentario que presentó en 1877, en la Cámara de Diputados, un proyecto de Ley de vacunación obligatoria ante la grave epidemia de viruela que afectaba al país. Según las estadísticas de la época sólo en 1886 murieron 7.381 personas afectadas por viruela. El proyecto, después de haber sido inicialmente aprobado por la Cámara y el Senado, fue rechazado por la Cámara en tercer trámite constitucional por atentar contra las libertades individuales. Se opusieron los parlamentarios de derecha y los liberales más extremos, no obstante la evidencia científica y empírica en la que se sustentaba el proyecto. Este hecho da vigencia a Ramón Allende por su anticipación a un fenómeno como la pandemia que hoy nos afecta, ante la cual un sector de la población se niega a vacunarse creando el riesgo cierto de prolongar los contagios con sus graves consecuencias".