De maestro a aprendiz: karate penquista brilló en Argentina
La Escuela de Pablo Ramírez destacó en torneo sudamericano: ganaron medallas y un especial diploma.
"Si falla, lo hace con gran osadía; sabiendo que el verdadero triunfo, la grandeza, es haber competido con lealtad y honor". Esta inspiradora frase, viene incluida en el reconocimiento que recibió Pablo Ramírez, destacado karateca e instructor de artes marciales penquista, quien junto a su escuela tuvo un exitoso paso por un certamen internacional disputado en Buenos Aires el pasado fin de semana.
Fueron cinco deportistas de la región que después de la pausa obligada por la pandemia, volvieron a la competencia ante representantes de Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay, entre otros.
Karate, Kung Fu y Taekwondo fueron algunas de las disciplinas donde compitieron, cosechando varias medallas, entre ellas 3 primeros lugares en Formas, Formas con Armas y demostración de escuela.
"Entrenamos bastante y pasamos varios obstáculos en el aspecto monetario, físico y de apoyo. Todo esto fue autogestionado. A pesar de todas estas barreras, pudimos salir adelante y obtener grandes resultados. Demostramos a nosotros mismos que podíamos participar de un campeonato tan grande", señaló este profesor del Club deportivo Hwarang Tang Soo Do.
DOBLE ALEGRÍA
Este encuentro deportivo tuvo un sabor doblemente especial para Pablo Ramírez, ya que fue incluido en el Salón de la Fama de las Artes Marciales en Latinoamérica.
"Va dirigido a profesores que tienen mucha experiencia en cuanto al evento y han sido una contribución para las artes marciales. Fui nominado por mi trayectoria y fue un momento lindo y emocionante. Sin embargo es un poco paradójico, ya que en el país nunca se me ha reconocido eso", explicó Pablo, que también es cinturón negro en Taekwondo y Karate.
Pero eso no fue la única gran emoción que vivió la delegación donde también está Pablo Andrades, Máximo Méndez, Ignacio Pradenas y Manuel Ramírez. Ya que este último pasó de enseñarle lo elemental de la vida a su profesor, a recibir enseñanzas en el deporte.
"Les llamó la atención ver a mi papá de 69 años practicando artes marciales. La gente le pedía fotos y le decía 'maestro' por su gran actitud", celebró.
Mientras que su padre detalló a La Estrella que "una vez que salí jubilado, le dije a mi hijo que quería ser su alumno de verdad, y en estos 4 años, sólo he faltado una vez. Todo este proceso ha sido muy motivante".
En cuanto a los objetivos para este año, la escuela espera visitar pronto Brasil, ya que hay una sede y el nivel es muy alto.
No es lo único, ya que buscarán seguir expandiéndose por el país. "Esta es un disciplina de contacto que tiene muchos valores humanos, como el compañerismo, la empatía y el sacrificio", remarcó Pablo Ramírez.
Ese mismo sacrificio que vio en suelo transandino por parte de sus alumnos que tienen entre 8 y 17 años (además de su padre, lo impulsa a seguir: "Con esfuerzo y espíritu todo se puede. Eso nos motiva a seguir formando personas en esta disciplina".
"Demostramos a nosotros mismos que podíamos participar de un campeonato tan grande".
Pablo Ramírez, profesor.