Rocío González: "Hay un gran interés de la gente por bailar flamenco"
La bailarina y maestra es una de las exponentes más destacadas de la escena penquista. Hoy tiene a su cargo el aprendizaje de cientos de personas de todas las edades.
La escena del flamenco en la zona penquista ha ido creciendo con el paso del tiempo, y una de las responsables de ello es Rocío González, bailarina y profesora de Concepción.
Hoy por hoy, con 30 años de trayectoria y una academia en el centro de la capital regional, sigue haciendo crecer esta apasionada danza española.
De sus inicios, Rocío González señala que "partí con mi mamá, ella era profesora de flamenco en Concepción. Ella fue una de las primeras y yo partí muy chica".
"Después, ya como a los quince años, comencé a investigar sobre el tema del flamenco y me inicié con profesores en Santiago. Asimismo, tuve la oportunidad de estar en España tomando clases, así que, de ahí en adelante comienza la carrera", detalla.
Sin embargo, en la época de infancia de Rocío, el flamenco no era un ritmo que se escuchara normalmente en la zona penquista, lo que hizo un poco más difícil el aprendizaje.
"Era más complejo, porque no había el acceso que hay ahora, entonces, todo llegaba por gente que había viajado a España", comenta, agregando que "fue un proceso de aprendizaje difícil para todos los de esa época, pero obviamente, tuvo su magia por lo mismo".
Consultada por sus viajes a la península ibérica, González indicó que "fue fascinante. Acá solo llegaba música de Paco de Lucía, entre otros, pero no había mucho más".
"Entonces, cuando viajé y pude ir a los recitales o ver a los bailarines, fue impresionante y enriquecedor para mí", asegura.
Sobre el momento en que sintió la pasión por este baile en primera instancia, la penquista detalla que "yo estudiaba administración de empresas y el flamenco era un hobby, pero cuando hacía mi práctica me di cuenta que eso (la administración de empresas) no era lo mío".
"Ahí decidí hablar con mi mamá, y ella me dijo, por fin te diste cuenta, siempre lo supe (risas). Así fue como dejé todo y me dediqué cien por ciento al flamenco", asegura.
Academia
"Estuve muchos años en Artistas del Acero. Desde los 16 hasta los 29 años en ese lugar, y después me independicé y puse mi academia", afirma.
La profesora indica que "desde hace cinco años he estado haciendo clases en el Centro Español y ahora desde la pandemia, hice una alianza con el Centro y llevé toda mi academia para allá".
Al ser consultada sobre las clases, González señaló que "el proceso del flamenco es lento, en dos clases no aprendes, es muy técnico, donde se abarcan movimientos de brazos, manos y pies. Es un proceso de un año, donde tienes que ir puliendo".
"En los cursos de iniciación, partimos con dos o tres meses de pura técnica, y después montamos una coreografía", afirma.
En relación a las edades que llegan a la academia, la bailarina comentó que "yo tengo juvenil y adulto sin límite de edad, y las infantiles las hace una alumna mía, ahí la cosa parte desde los tres años y medio". "Hoy en día, hay un gran interés de la gente por bailar", asegura.
De la cantidad de alumnos formados a lo largo de su carrera, resulta difícil sacar una cuenta. "Yo me lo he preguntado (risas), pero la verdad, mira, hoy en día, tengo 150 alumnas, y hubo un tiempo que además de la academia, estaba haciendo clases en la UdeC, estas clases extraprogramáticas, y tenía como 40 por cursos, entonces, no sé, muchísimos (risas)", afirma.
-¿Se podría decir que hoy el Flamenco está arraigado en la cultura penquista?
"Si. Creo que sí. Hay muchas de mis alumnas que ya están haciendo clases en otros lados. Hay muchos grupos buenos en Conce, muchas academias, interés, público y aficionados".
"Fue un proceso de aprendizaje difícil para todos los de la época, pero tuvo su magia por lo mismo"
Rocío González,, bailarina, docente de flamenco