Estos ejercicios ayudan a saber si un niño necesita anteojos
Las patologías visuales más comunes en niños son los defectos de refracción (miopía, hipermetropía y astigmatismo), la ambliopía (ojo vago), el estrabismo y la discromatopsia (alteraciones en la visión del color). La mayoría de estos problemas, al ser detectados y tratadas a tiempo, pueden sanarse o tener un bajo impacto en la vida del menor.
Según Paola Esparza, contactóloga de Ópticas Gonzalo Cortés, "hay que prestar atención desde que son recién nacidos, porque el desarrollo de los ojos continúa durante varios años, tiempo en el que incrementan su capacidad visual, ya que todos al nacer lo hacemos con una visión a corta distancia".
De todos modos, existen ejercicios que pueden ayudar a detectar alguna enfermedad, para luego consultar con un oftalmopediatra.
En este sentido, Esparza comentó que "cuando son tan chiquititos la forma de ver si tienen un problema es tapándoles un ojo y luego tapar el otro, si hay un problema de visión o un vicio refractivo, al ocluir un ojo los niños van a mover su cabeza porque le están tapando el campo de visión. Y lo otro es mostrar objetos para ver si logran visualizar o enfocar la vista hacia un objeto determinado. Se pueden usar colores y/o luces, con eso hay que ver si los ojos se mantienen alineados o si hay un movimiento anormal de los ojos, ya que podría ayudar a determinar si el niño presenta el síndrome de ojo vago o estrabismo, por ejemplo".
La experta manifestó que hoy los anteojos infantiles son flexibles y se adaptan a las necesidades de los menores, por lo que no deberían incomodar.