El sueño de las "remadoras rosas"
Son un grupo de supervivientes que, literalmente, "rema por la vida". Un colectivo de mujeres que cada sábado se reúne para navegar, pero también para demostrar que se puede llevar una vida saludable post tratamiento.
El año 1990 la inquietud del médico Don McKenzie, de la University of British Columbia de Canadá, lo lleva a desarrollar una investigación que abre un nuevo horizonte para las sobrevivientes del cáncer de mama.
Como entonces no puede encontrar evidencia médica que pruebe la ocurrencia del linfedema (acumulación de líquido en las extremidades) post tratamiento, reúne a un grupo de 24 voluntarias para palear un bote dragón. El resultado es simplemente el mejor. Las supervivientes que participan de la iniciativa toman el control de sus vidas, se muestran animadas y también determinadas a promover la actividad.
La experiencia trasciende fronteras, idiomas y banderas, y desde 2019 también tiene una expresión en Chile, a través de la formación de Fortalesenos Araucanía, agrupación y club deportivo que cada sábado, de 12 a 14 horas, se desconecta del mundo para sintonizar con la amistad, la actividad deportiva y la naturaleza a bordo de un bote dragón para 12 ocupantes, con el cual surcan las aguas del río Cholchol.
Reconocidas por el Instituto Nacional de Deportes (IND) y la Federación Internacional de Canotaje, este grupo de doce "remadoras rosas" - nombre con el que se las distingue alrededor del orbe - está empeñado en sacar a flote varios objetivos. En lo permanente: abrazar y acompañar a más mujeres como ellas, así como cumplir un papel en la difusión y prevención del cáncer de mamas, y en lo inmediato: alcanzar su próximo sueño, el cual es llegar a Brasilia para participar de la Fiesta Internacional del Bote Dragón 2022 que organiza la Asociación Canomama Brasilia, y que se desarrollará del 25 al 29 de octubre.
ESTILO DE VIDA
Con la mentalidad puesta en ese nuevo anhelo, las remadoras rosas cuentan que adquieren esa condición y denominación al encontrarse con esta propuesta que no solo les provee bienestar físico, sino que tamtambién fortalece su espíritu.
Así lo explican dos de sus integrantes, Paola Pezoa y Gladys San Martín, para quienes los sábados en el río representan un antes y un después en sus vidas.
"En lo formal, somos una agrupación que fomenta la actividad física como un estilo de vida y un factor protector en el bienestar físico y emocional, después del diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama. Nuestro propósito es sensibilizar a la comunidad y, a la vez, entregar esperanza con una mirada resiliente ante la adversidad. Además de aportar a la comunidad nuestra vivencia, deseamos empatizar con otras mujeres a través de espacios de información y concientización. La nuestra es una entidad abierta que invita a otras mujeres a integrarse, porque queremos vivir, disfrutar y valorar la vida, y no postergarnos después del cáncer", detallan.
La agrupación reúne a mujeres que han sobrevivido al tratamiento del cáncer, a la quimio y radio terapia, a la caída del cabello, a los bajones anímicos y al fantasma del linfedema, el cual previenen remando.
"En la actualidad somos doce mujeres. Hace poquito llegó una nueva integrante de 75 años de edad, así que el rango etario va de los 40 a los 75, aunque podrían haber mujeres más jóvenes dado, lamentablemente, el cáncer de mama no discrimina. Como sea, literalmente, nosotras remamos por la vida. Nos reunimos cada sábado en el Cendyr Náutico de Nueva imperial, abordamos un bote dragón, allí diez de nosotras reman, una asume el rol de tambor y otra oficia como la timonel", relata Gladys San Martín.
La actividad es más que una práctica deportiva y saludable, acota Gladys. "Esto va más allá de eso. Nosotros llegamos, hacemos precalentamiento y una vez que nos subimos al bote se produce algo maravilloso. Nos conectamos con la naturaleza, con los sonidos del lugar, el aire, el agua, en fin. Esto no solo nos sirve como ejercicio, sino como alimento para nuestros corazones y almas. La verdad es esto nos requiere de tal forma que nos olvidamos todo lo demás. El sábado es solo nuestro. Estando allí solo somos nosotras, nos reímos, bromeamos y después de la práctica vamos juntas a almorzar. Es todo muy lindo. Por ello deseamos que se nos unan más mujeres".
Llamado para todas
En todo caso, para esta agrupación hay mucho más que los sábados, el bote, los remos y el río. Paola Pezoa agrega que el fin último es informar y sensibilizar.
"Nosotras pretendemos hacer un llamado permanente a las mujeres para prevenir este cáncer, incentivarlas a que se hagan el autoexamen y, si pueden, se sometan a la mamografía, porque la detección precoz tiene muchas ventajas. Algunas de nosotros nos detectaron tardíamente el cáncer y eso nos trajo muchas consecuencias, la extirpación de mamas, las terapias, en fin. Esto es algo que no solo te afecta a ti, sino a todo tu entorno", recalca Paola.
Lo importante para Fortalesenos es ser pregoneras de que hay mucha vida post tratamiento. "De hecho - agrega Paola Pezoa -, tenemos compañeras a la espera de una reconstrucción mamaria, porque hay que decirlo también, hay opciones y la reconstrucción es una de ellas".
EN LO DEPORTIVO
En lo deportivo ya existe algo de historia también para esta entidad. Las remadoras rosas, dirigidas por la entrenadora Diana Paillalef, cargan consigo algunas medallas fruto de su empeño, una de ellas es la que lograron al ganar la categoría novicias en el Campeonato Latinoamericano de Neuquén 2019 y otras provienen de su participación en el evento demostrativo de bote dragón realizado en Valdivia.
Ahora, los ojos están puestos en Brasilia a donde esperan llegar si es que el bolsillo lo permite. Esto porque, si bien han llevado adelante una campaña del sobre, la incredulidad y la desconfianza tal vez - plantean - no les han permitido recaudar lo suficiente para costear los pasajes, que es su principal objetivo.
Lo que viene es seguir intentándolo y dar continuidad a la agrupación en sus otras dimensiones. Tal como lo hicieron en 2019, al llevar por primera vez a la cárcel de mujeres de Temuco una charla preventiva del cáncer de mama, luego de la cual ayudaron a gestionar la llegada de un mamógrafo al mismo centro penitenciario desde el Hospital Hernán Henríquez Aravena, hoy, el norte es retomar ese frente de acción que fue interrumpido por la pandemia.
"Nuestra intención es retomar la tarea preventiva, la difusión y en esto nos gustaría llegar a todos los lugares donde podamos ser de utilidad, a colegios, liceos, instituciones, universidades y empresas del retail", acotan.
En 2019 la agrupación surgió luego de una convocatoria realizada por la deportista internacional Mónica Hernández, que fue la persona que las conectó con la entrenadora, hoy la entidad está presente, además de Santiago, en Temuco-Imperial, Concón, El Maule y Viña del Mar, y según mencionan Paola y Gladys pronto surgirá un nuevo grupo en Villarrica para reunir a mujeres de Pucón, Licán Ray y los alrededores. La idea es replicar la experiencia, potenciar a las supervivientes del cáncer de mama y compartir la satisfacción de remar unidas y empoderadas por la vida.