N.E.
Los cerebros de adolescentes envejecieron más rápido de lo normal durante la pandemia. Además, los menores presentaron síntomas más graves de ansiedad, depresión y lo que los científicos llaman "problemas internalizados", como son los sentimientos de tristeza, miedo, baja autoestima y problemas para regular sus emociones.
Esos son los principales descubrimientos que hicieron investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) a través del estudio "Efectos de la pandemia de covid-19 en la salud mental y maduración cerebral en adolescentes", cuyos resultados se dieron a conocer recientemente.
Si bien los estudios que han encontrado que la salud mental de los adolescentes se ha visto perjudicada por el covid-19 son numerosos, este trabajo es uno de los primeros en observar cambios físicos en el cerebro, que habrían sido provocados por el estrés y la ansiedad.
La investigación surgió de un estudio más amplio que buscaba comprender las diferencias de género en la depresión adolescente. Éste partió hace ocho años, con la realización de resonancias magnéticas a 220 niños de nueve a 13 años, cada dos años. Con la llegada del SARS-CoV-2 el trabajo tuvo que interrumpirse y sólo se pudieron retomar los exámenes a fines del 2020.
En ese contexto, el equipo decidió estudiar los efectos que ese evento estresante estaba teniendo en los cerebros de los menores, usando los escaneos previos para comparar.
cerebros pandémicos
Para encontrar la edad promedio del cerebro, los investigadores sometieron las resonancias magnéticas a un modelo que agrupa datos de otras exploraciones, comparando los exámenes de 128 adolescentes (la mitad tomados antes de la pandemia y la otra mitad después). Así, descubrieron que tras el primer año de la pandemia los jóvenes tenían edades cerebrales mayores que sus edades cronológicas.
Los cerebros "pandémicos" presentaron un crecimiento en la amígdala, es decir, el área que ayuda a regular el miedo y el estrés. Lo mismo pasó con el hipocampo, que es el área que controla el acceso a los recuerdos.
Asimismo, se vio un adelgazamiento en los tejidos correspondientes a la parte del cerebro que controla el funcionamiento ejecutivo, que es la corteza.
Es normal que el cerebro de los niños y adolescentes cambie con el tiempo. No obstante, la investigación encontró que estos cambios físicos pueden acelerarse cuando alguien atraviesa una adversidad significativa.
Una sorpresa
El líder del estudio y profesor de psicología, Ian Gotlib, dijo que su equipo esperaba encontrar problemas de ansiedad, depresión y problemas internalizados. Pero aclaró que no estaban seguros de lo que encontrarían con las resonancias magnéticas.
"Estos efectos fueron interesantes y ocurrieron bastante rápido", sostuvo.
"Las resonancias se hicieron el primer año de la pandemia. No sabíamos que los efectos en el cerebro serían tan pronunciados después de ese breve período de estrés", agregó.
Para ver la evolución de los cerebros estudiados los investigadores volverán a escanear a las mismas personas en el futuro.
"Es posible que sus cambios cerebrales hayan sido sólo una respuesta inmediata a un factor estresante que se normalizará con el tiempo", afirmó Gotlib.