Manuel Muñoz González
"Yo trabajo en distintas ferias libres de Concepción, y si antes era poca la presencia de fiscalizadores para controlar la venta de medicamentos, hoy yo diría que es nula. Venden de todo, hasta sicotrópicos", cuenta Juana Gutiérrez, comerciante establecida en las ferias libres penquistas, quien manifestó su preocupación por la venta a destajo de todo tipo de remedios en la vía pública, sin que se aprecie un mayor control sobre este tipo de comercialización.
En efecto, del clásico paracetamol, ibuprofeno o diclofenáco, remedios que se venden en farmacias sin receta, que son de uso común y que se venden libremente en las ferias de la zona, se puede llegar hasta encontrar medicamentos que sólo se pueden adquirir con receta médica en el comercio formal, los que son ofrecidos a simple vista y a disposición de quien lo requiera
Una situación que se ve en casi todas las ferias no solo en la urbe penquista sino en las distintas comunas del Gran Concepción, y cuyo factor común es la escasa fiscalización de parte de las entidades pertinentes.
De hecho una de las razones de la poca o nula presencia de fiscalizadores serían los hechos de violencia de que han sido víctimas los propios encargados de controlar aquella situación (a lo que hoy se referirían desde la Seremi de Salud), algo que se ha producido con fiscalizadores municipales, pues varios han sido agredidos ya sea física o verbalmente en su labores de control.
Problema de años
Así como lo reconoce la propia comerciante, lo reafirma también Moisés Alvial, representante de los comerciantes de las ferias libres de la Región del Biobío, quien apunta que se trata de un problema que viene existiendo por años, y que sigue sin ser erradicado de las ferias libres.
"Esto no es de ahora, esto ocurre desde hace mucho tiempo, y cada vez se da más, es un problema grave que se arrastra por años", afirma de entrada el dirigente, quien asegura que la falta de control facilita que se produzca no solo este tipo de comercio, sino que la llegada de "coleros" a ofrecer distintos productos sin ninguna regulación.
No obstante y pese a reprochar que se venda este tipo de productos medicinales en las ferias, el dirigente dice entender en parte porqué se produce este fenómeno. "El sueldo mínimo es tan bajo que la gente va por una necesidad básica a la feria, para cubrir esas necesidades. Lo que en una farmacia vale 4 mil, en la feria lo encuentra a mitad de precio. Yo sé que no corresponde, pero es una realidad. De hecho se venden hasta sicotrópicos, lo que es súper preocupante. Y el problema es que se hace vista gorda. El llamado que yo puedo hacer es a que el cliente se haga responsable".
Para Moisés, este problema es sólo uno de los que se aprecian en este tipo de comercios, pues asegura que a las ferias libres son cada vez más las personas que llegan a ofrecer algún producto o servicio, debido a la cesantía que existe en la zona y en el país. "Las ferias libres están absorviendo parte de la cesantía que hay en el país, y eso no puede seguir pasando, pero mientras nadie le ponga el cascabel al gato, esto va a continuar igual",cerró.
"Este es un problema grave y que viene de años. La poca fiscalización hace que siga ocurriendo".
Moisés Alvial.