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Hace más de tres décadas, Margarita Baquedano se inició en un oficio que jamás imaginó se convertiría en tradición familiar: El descolado. ¿En qué consiste? Como su nombre lo dice, se trata de limpiar y extraer la cola a los langostinos. Su historia comenzó en la antigua planta de Camanchaca, cuando las trabajadoras hacían dedo en las calles de Tomé, para llegar a la planta y vestían mascarillas y cofias de tela.
Su hija, Gladys Grandón, siguió los mismos pasos al cumplir 25 años de edad y, tras ella, ingresó a la planta su sobrina Scarlett Aravena, hace dos meses.
Como ellas, cientos de trabajadoras de la Planta de Langostinos se dedican al delicado proceso de descolar, en el que la rapidez, la sana competencia y las rancheras son una parte fundamental. "Hay una máquina en donde se ve la posición, los kilos y los kilos por hora. No sólo competimos entre nosotras sino también con uno mismo", asegura Gladys, mientras que Margarita, dice que prefiere no ver los kilos, pues le gusta más trabajar a su ritmo.
Compañerismo en el descolado
Los viejos estandartes, como se hacen llamar, son mujeres que llevan más de 20 años en Camanchaca y han visto pasar a varias generaciones por el área de descolado. Actualmente, quedan cerca siete, a quienes les caracteriza el "espíritu maternal" de ayudar a las novatas. "Una está preocupada de la cofia, que aprenda a descolar, que trabaje bien. Siempre hay alguien que está ayudando a la persona nueva", cuenta Margarita.
En el caso de Scarlett, que es la contratación familiar más reciente, relata que tuvo quien la apoyara en la sala de descolado, haciendo gala de su "herencia como descoladora".
Para las descoladoras, la música es parte esencial de su trabajo. Según cuentan, les es más fácil avanzar cuando los ritmos las motivan. Las rancheras y las cumbias, son las preferidas. Caso contrario, cuando escuchan música romántica y lenta, les provoca sueño y alarga el proceso y baja la productividad.
El oficio de descolar, se ha convertido en parte esencial de la vida de esta familia de mujeres oriundas de Tomé. Gracias a él, han podido salir adelante, educar a sus hijos y conocer a otras mujeres a las que llaman "súper mamás", con quienes trabajan día a día por el mismo objetivo.
"Siempre hay alguien que está ayudando a la persona nueva"
Margarita Baquedano