Estas son las 7 posturas del yoga que controlaría el TDAH en niños
La práctica de esta disciplina ayuda a relajarse, enseña a respirar de forma consciente y controla la impulsividad.
Natividad Espinoza R.
La práctica de yoga es beneficiosa para las personas en general, pero puede tener efectos especialmente relevantes en niños con Trastorno de Déficit Atencional por Hiperactividad (TDAH). Así lo han demostrado varios estudios, siendo el más nuevo (2019) uno del Instituto Mixto Universitario de Investigación en Deporte y Salud (iMUDS), de la Universidad de Granada (España).
La fundadora de Yoga Gopali (@yogagopali), escuela que forma a monitores de yoga infantil, Macarena Bastías, dio cinco grandes razones para que los niños con TDAH practiquen esta disciplina de la India: ayuda a relajarse y divertirse; brinda un aprendizaje sin presión ni competencia; mejora la consciencia corporal y emocional; enseña a respirar de forma consciente y controla la impulsividad.
Posturas claves
Entre las posturas más beneficiosas del yoga infantil están las siguientes, según Bastías.
Mariposa (Badha konasana). Para esta postura hay que sentarse con las piernas dobladas, dejando caer las rodillas hacia fuera y juntando las plantas de los pies lo más cerca del cuerpo posible. Luego, se toman los pies con las manos y se giran hacia fuera, para que las plantas apunten hacia arriba. La espalda permanece recta, el pecho abierto y se respira por la nariz. Alcanzada la postura, se suben y bajan las rodillas en un vaivén como el aleteo de una mariposa.
Rana (Malasana). Hay que pararse con los pies separados al ancho de caderas. En la exhalación, las rodillas se doblan, la cola baja y los brazos pasan por delante del cuerpo entre las piernas para apoyar los dedos de las manos en el suelo, entre los pies. Así, se dan saltos impulsando el cuerpo con las piernas y siempre se vuelve a tocar el suelo con las manos antes de repetir el salto.
Postura del niño (Balasana). Esta postura se hace sentándose sobre las rodillas y con los empeines apoyados sobre el piso. Empieza con el tronco recto, pero durante la exhalación se lleva lentamente la frente al piso. Los brazos se llevan hacia atrás, apoyando el dorso de las manos en el suelo.
Gato feliz (Marjaryasana). Se apoyan las rodillas y manos en el suelo, estando las últimas en línea bajo los hombros. Las piernas forman un ángulo de 90°, dejando la cola en una línea con las rodillas y la espalda permanece recta. Desde esta postura (la del Gato), mientras se inhala, se lleva la cabeza hacia arriba y atrás, curvando la columna y abriendo el pecho.
Perro (Adho mukha svanasana). Se empieza de rodillas, con las palmas de las manos y los dedos de los pies apoyados sobre el suelo. Las manos están en línea bajo los hombros (postura del gato). Se estiran las piernas empujando la cola hacia el cielo y, al mismo tiempo, se empuja con las manos el suelo para que los brazos permanezcan rectos. La espalda se estira y la cabeza queda entre los brazos. Se miran los pies.
Cobra (Bujanghasana). Esta posición comienza acostado boca abajo sobre el suelo, con las piernas juntas y estiradas. Las palmas de las manos se apoyan al lado de los hombros y se estiran los brazos, mientras se despega del suelo el pecho que debe apuntar hacia adelante. Se mira al cielo, estirando el torso y curvando la espalda lo más posible. Los brazos siguen estirados y firmes.
Montaña (Tadasana): De pie, estirar la espalda, mantener los pies paralelos y abrir el pecho, repitiendo "estoy en pie sobre la tierra". Además, se levantan los dedos de los pies para sentir como se fortalecen las piernas y decir: "soy fuerte y estable". Luego, se llevan las manos al pecho palma con palma y se elevan los brazos por sobre la cabeza, diciendo "puedo llegar muy alto".