Adiós a "Perrita Oveja": ícono y leyenda perruna de la UdeC
Querida perrita que merodeaba por años la casa de estudios dejó de existir. Pesar entre alumnos y ex alumnos.
Fue dueña de las caricias de miles de estudiantes que pasaban por los senderos y caminos de la Universidad de Concepción durante casi una década; y hasta fue una especie de "amuleto" para muchos, a la hora de enfrentarse a algún certamen y esperar que les vaya bien.
Ese nivel de cariño y casi "devoción" llegó a generar quien ahora pasó a ser una leyenda para la UdeC y su idiosincrasia, la querida Perrita Oveja, quien dejó de existir el pasado fin de semana, dejando una estela de pesar entre quienes la conocieron y vieron en ella a una compañera en cada ida a clases en el Campanil.
Su inconfundible blanco pelaje desde el cuello hacia abajo, que contrastaba con el negro de su cabeza y orejas, hacían inconfundible a la querida Perrita Oveja, quien se ganó el cariño de cuanto estudiante se paseó por el arco universitario, entre otros espacios donde solía recorrer, y donde llegó hace más de doce años tras ser abandonada, no una, sino en dos ocasiones por quienes la adoptaron en su momento, según contaron desde la fundación que lleva su nombre en Concepción.
"Después de varios años algunos supieron que era perrita, cuando le cortaron un poco tanto pelo que tenía. Era infaltable en los carretes que se armaban en la Pinacoteca, en el Arco, en la Plaza Perú. Yo adoraba a la Oveja, nos apañaba en las noches a la salida de clases. Ella tenía como un sentido especial, porque presentía a quienes andaban como en mala onda y los alejaba", comenta Carlos Morales, ex alumno de ingeniería en el Campanil, triste por la noticia de la partida de la regalona entre los canes que merodean la casa de estudios penquista.
Carlos Moncada, otro ex alumno y quien ha hecho de la UdeC casi un estilo de vida, también recordó con cariño a la "Ovejita", como también le apodaban.
"Muchas veces la veía en el campus, era muy regalona y querida por todos. Y ese mismo cariño llevó a que se le hiciera un mural enorme en el Pub La Cocina en Paicaví. Eso deja en evidencia lo llamativa que era, lo que significaba para la gente, que le hayan hecho un mural es algo grande, porque eso está destinado a quienes dejan un legado, no solo las personas, sino que en este caso un animalito", expresó el ex estudiante y ferviente hincha del Campanil en todas sus expresiones, tanto en el fútbol como en el básquetbol y los demás quehaceres donde luce el escudo de la casa de estudios penquista.
Y en ese mismo mural pintado en 2020 en su honor, donde de forma imponente se luce la querida perrita, echada y descansando como solía ser vista en los campos de la UdeC, fue espacio para su despedida, pues no faltaron quienes le dejaron flores.
Hasta una fundación
Su caso llevó a que incluso en Conce se creara una fundación bajo su nombre, Fundación Perrita Oveja, entidad que se encarga de otorgar cuidados y cobijo a perros en situación de calle en Concepción, fundación que es dirigida por Tannia Sepúlveda, quien además fue tutora de Perrita Oveja hasta sus últimos días.
"Somos una familia animalista y quisimos crear algo, la idea fue que se llamara Perrita Oveja, porque finalmente ella viene a ser un ícono de los perros abandonados, de la triste realidad de los perros en situación de calle", contó Tannia sobre el origen de la fundación.
Tannia contó que la regalona se encontraba al cuidado en un hogar durante los últimos dos años, donde se encargaban de otorgarle todos los cuidados.
Sin embargo, Oveja venía arrastrando problemas renales, y el pasado domingo sufrió un paro cardiorrespiratorio que le causó la muerte a sus trece años de edad.
"Era una perrita muy querida, no por nada le hicieron hasta un hermoso mural".
Carlos Moncada, ex, alumno UdeC.