Fumar empeora la ansiedad y dejarlo atenúa la depresión
En el Día Mundial sin Tabaco, dos expertas dieron a conocer que hay creencias totalmente erróneas sobre este hábito.
Natividad Espinoza R.
Mucho se habla de la relación que existe entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón, la hipertensión arterial y los accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, no suele mencionarse cómo el tabaco influye en la salud mental.
La doctora Carolina Llorente, psiquiatra y académica de Psicología en la Universidad Andrés Bello Concepción, explicó que entre la salud mental y el tabaquismo existe un enlace bidireccional: "Quien tiene una patología mental tiene más riesgo de adquirir el hábito tabáquico y quien fuma tiene mayor posibilidad de desarrollar patología mental. Además, fumar, en general, empeora la evolución de un cuadro psiquiátrico, mientras dejar de fumar mejora la sintomatología (ansiosa o depresiva) en pacientes con enfermedad mental".
En esa línea, la profesional manifestó que "en varias ocasiones se ha asociado el uso de tabaco al alivio de la ansiedad, pero es clave entender que, si bien eso está presente y puede representar un respiro momentáneo, se ve opacado por la pronta ansiedad por los síntomas de abstinencia al tabaco, lo que en el fondo refuerza la conducta adictiva".
Sumado a esto, dijo la médica, "se ha demostrado en estudios que dejar de fumar alivia síntomas ansiosos y depresivos a mediano plazo".
Trastornos ansiosos
La psicóloga clínica de RedSalud, Karina Vargas, dijo que "se ha encontrado prevalencia alta entre consumo de tabaco y ciertos trastornos ansiosos como trastorno de pánico, de estrés postraumático, trastorno ansiedad generalizado y fobia social. Muy por el contrario a lo que se piensa, la conducta de fumar precede a un cuadro ansioso".
Por ello, contrario a lo que se piensa, el efecto del tabaco podría ser más dañino en personas ansiosas, incrementando la sintomatología asociada.
Sobre la depresión, que es otro de los problemas de salud mental más comunes, Vargas sostuvo que "en los últimos años se han reportado estudios de una fuerte comorbilidad entre tabaquismo y depresión, donde indican que las personas con historia de depresión son más susceptibles a fumar y se añade que a mayor cantidad de consumo de cigarros al día, mayor probabilidad de tener depresión que los no fumadores".