Bajas temperaturas: ¿qué hacer ante una quemadura por agua o estufa?
Según cifras del Ministerio de Salud, las quemaduras en niños y adultos mayores aumentan entre un 25% a un 30% en invierno. Acá especialistas explican cuáles son los principales riesgos y cómo reaccionar según su gravedad.
Ignacio Silva
Puede que servirse una taza de té o café y dejarla reposando en una mesa sea parte de la rutina de un gran porcentaje de la población. Pero cuando se está al cuidado de un niño, esa simple acción se transforma en uno de los principales riesgos vinculados a las quemaduras en menores, especialmente en menores de dos años.
Así lo explica Carolina Saravia, enfermera jefa de Clínica Cath y especializada en el cuidado de heridas, quien identifica a esa situación como un factor de riesgo, sumado a otros como el uso de estufas y calientacamas.
La suma de estos, apunta la especialista, explican el aumento en los casos de quemaduras durante el invierno. Un índice que según el Ministerio de Salud, en los meses más fríos del año experimenta un aumento de entre un 25% a un 30% en adultos mayores y niños.
"En invierno bajan las temperaturas y todos tratan de pasar el frío de alguna manera, ya sea con estufas, calientacamas o guateros. O simplemente tomando un café o té caliente. Sin embargo, si estos están en malas condiciones, no se verifica su estado o se tiene un descuido, pueden provocar graves accidentes", desarrolla Saravia.
En esto coincide Dennisse Brito, académica de la Facultad de Salud y Odontología de la Universidad Diego Portales (UDP), quien agrega cuáles son los tipos de estufas que implican un riesgo mayor en este ámbito.
"Son aquellas de calefacción a leña, las Boscas, braseros. Todavía hay muchas quemaduras de niños que se caen, se tropiezan, se apoyan en este tipo de estufas. También las estufas a parafina y a gas tienen cierto riesgo, por lo que hay que tenerlas bien alejadas de niños menos de 5 años que todavía no entienden lo peligroso que puede ser", comenta.
Para la docente, a estos se suman los guateros y calientacamas, sobre todo pensando en otros dos grupos de riesgo: los adultos mayores y los diabéticos.
"Las personas con diabetes y mayores muchas veces pierden la sensibilidad y la sensación del calor y la temperatura. Entonces la recomendación respecto al calientacamas es no dormir con él. Usarlo unos minutos, acostarse y apagarlo", profundiza.
Agua fría
Las quemaduras se suelen clasificar en tres grupos, siendo el último de ellos, las de tercer grado, las más severas.
Según Dennisse Brito, estas son especialmente complejas y pueden dejar cicatrices de por vida. "Entonces hay que tener mucho cuidado con el tema de las quemaduras porque puede afectar la salud física y también psicológica de la persona", agrega.
Brito comenta además que estas quemaduras y algunas de las de segundo grado pueden requerir de tratamiento, de injerto y de cuidado especializado. "También dejan cicatrices bastante complejas si son muy extendidas. Hay que pensar que una quemadura en un niño, en un cuerpo pequeño, puede abarcar un porcentaje alto y puede dejar grandes secuelas. Eso es lo peligroso para los niños", evalúa la docente.
¿Qué hacer en primera instancia tras una quemadura de invierno? Ambas especialistas coinciden en el empleo de agua fría.
En caso de resultar quemado con cualquiera de estos artefactos, lo principal es realizar los primeros auxilios adecuados, es decir, aliviar la zona afectada y disminuir su temperatura con agua fría durante 10 minutos. Asimismo, se debe cubrir la lesión con gasa estéril o un pañuelo recién planchado frío y evitar el uso de ungüentos o cremas sobre la lesión, ya que dificulta su posterior tratamiento", recomienda Carolina Saravia. "Además es fundamental no romper las ampollas que se formen y retirar cinturones, pulseras, cintas, ropas, anillos u otros elementos que puedan comprimir la zona".
-¿Cuándo es necesario acudir a urgencias por una quemadura? ¿Cómo identificarla?
-Dennisse Brito: Si es una quemadura que abarca una superficie mayor o que genera ampolla, es importante acudir para que hagan una curación. Si la ampolla es pequeña, de menos de una moneda de $100, y queda en el lugar, se puede dejar en reposo. En un niño pequeño hay que estar en observación, porque en general las ampollas se rompen. Siempre una quemadura que queda con piel expuesta hay que llevarla al servicio de urgencias, y si es muy pequeña hay que dejarla en observación, porque si se abre hay que llevarla igual para limpiarla y así evitar que esa piel no quede expuesta a infecciones.
"Si los aparatos están en malas condiciones, pueden provocar graves accidentes".
Carolina Saravia,, enfermera
"Hay que pensar que una quemadura en un niño puede abarcar un porcentaje alto y dejar grandes secuelas".
Dennisse Brito,, académica Salud UDP