Actor penquista trae al presente a connotados personajes del pasado
Jorge Briano y su compañía Escarabajo Teatro, han puesto en escena a varias personalidades. La última, Enrique Molina, con motivo de los 200 años del liceo que lleva su nombre.
Autoridades de diversos ámbitos, tanto regionales como nacionales, dijeron presente hace unos días en el aniversario número 200 del Liceo Enrique Molina de Concepción. Pero hubo uno que llamó la atención por su prestancia, inconfundible bigote y sombrero, como emulando al "dueño de casa", y a quien dio origen precisamente al emblemático establecimiento penquista: Enrique Molina Garmendia.
Su presencia llenó por momentos los pasillos y cada espacio recorrido en medio del ajetreo, en una puesta en escena simple, sencilla, pero que trajo al presente a una de las personalidades más relevantes en la historia de la educación pública chilena.
Esa es la relevancia de la personificación y recreación que hizo el actor penquista, Jorge Briano Villa, del ex rector del otrora Liceo de Hombres, mismo recinto que hoy lleva su nombre, en honor al gran aporte que significó su trabajo.
"Enrique Molina fue una figura preponderante no sólo para Chile, yo diría que es un ciudadano del mundo. Además de haber obtenido la medalla de Goethe, de haber sido caballero de la Corona Italiana, fue rector de la Universidad de Chile, rector y rector honorario de la Universidad de Concepción, rector del Liceo de Hombres de Concepción. Tuvo una vasta trayectoria en la autoría en temas de filosofía, se recibió de abogado, profesor de historia y geografía, es decir, es una persona que siempre favoreció y propulsó el desarrollo libre del espíritu. Es realmente un personaje importante para Concepción y también para Latinoamérica", expresó el actor de 41 años de edad, para referirse a la importancia de "ponerse el traje y calzado" que lo llevó a convertirse por momentos en el honorable Enrique Molina.
"Gracias a su gestión, a lo que hizo en el liceo, desde ahí egresó un futuro presidente de Chile (Juan Antonio Ríos); el poeta Gonzalo Rojas y otras varias personalidades, lo que se dio dentro de un proceso de sincretismo social, porque donde estudiaba un presidente de la república también estudiaba un obrero, convivían estudiantes de diferentes estamentos sociales, lo que responde a la filosofía de Enrique Molina, a una impronta que se hecha de menos hoy en día", añade Jorge, cuyas representaciones son sólo un aspecto en su destacada trayectoria como actor, director y docente.
Honor de antaño
La recreación de Enrique Molina es solo una de las tantas que ha realizado Jorge Briano y su compañía Escarabajo Teatro, pues, en su extensa carrera, plagada de obras y puestas en escena, donde se cuentan, por ejemplo, la representación de otro personaje relevante en la historia penquista; Juan Martínez de Rozas.
"La realización de estos personajes de alguna forma fundacionales de lo que hoy somos, y hasta donde hemos llegado, también permiten poner como valor de contraste en relación a los actuales líderes que hay en la sociedad de hoy, que son bastante cuestionables. Más ahora con todo lo que está pasando, es bueno traer estos ejemplos de probidad, de honor, de nobleza, para que se retome y se enmiende un poco el camino, para que se retome lo que es ser una persona de Estado, de sociedad, de bien, que esté con los ojos puestos en el bien de la nación y no solo piense en llenarse los bolsillos con plata", reflexiona Briano, quien, en sus más de 20 años de carrera como actor, ha personificado también a figuras como Pedro de Valdivia; el poeta Vicente Huidobro, o el mítico Pedro Urdemales, por nombrar algunos ejemplos.
"La gente lo acoge como una especie de performance, algo tal vez más informal, pero dependiendo de la instancia, cuando es al aire libre, la recepción deja bailando en las personas las preguntas de quienes eran estos caballeros. Los impulsa a indagar y a estudiar a estos antepasados", reflexiona.
"La gente antigua en general tiene una impronta valórica mayor que la que tienen las generaciones de hoy".
Jorge Briano.