La historia de la paloma influencer que se perdió en el temporal en Conce y regresó
Fue gracias a una publicación de Instagram que una mujer alertó a la dueña de Igor, nombre del ave, que había visto a un animal de comportamiento inusual dando vueltas. Un conserje fue clave para que el pájaro pudiera volver a su hogar.
Carolina Collins
Igor se ve como cualquier paloma común y silvestre: es gris y en su cuello tiene un plumaje tornasolado violeta y verde. Pero no es cualquier paloma. Es Igor (@Igorlapaloma) que tiene más de cuatro mil seguidores en Instagram y que el sábado pasado se perdió, dejando a su dueña, Dagmar Muschen, desesperada por encontrarla. Y contra toda probabilidad, lo logró.
"Producto del temporal en Concepción, Igor no ha podido volver a su hogar. No se sabe dónde está o si necesita auxilio. Es una palomita muy social, tenderá a ir hacia las personas o balcones de edificios". Ese era uno de los mensajes que empezaron a circular en redes sociales. El texto incluía una foto de "Iggi", como la llama su familia, que destacaba sus patrones de plumaje.
Su dueña sabía que era difícil, o prácticamente imposible, "buscar una paloma en una ciudad repleta de palomas; y la Igor tiene un patrón súper parecido a todas las palomas", dice.
De pichón a mascota
Igor llegó a la vida de Dagmar, como la mayoría de los animales rescatados, sin que ella lo buscara. La joven cuenta que el 12 de noviembre de 2021, muy temprano, iba camino a su trabajo como enfermera en el Hospital de Coronel, cuando se fijó que cerca del Biotrén un tiuque estaba picoteando algo. Se acercó y vio que era un pichón de apenas unas semanas de vida, que tenía una herida en su pecho. Como la joven creció en el campo, cerca de Chillán, en una casa llena de perros y gatos, no dudó en ayudarla.
La llevó con ella al hospital y la escondió en un casillero todo el día, yendo a verla cada vez que podía hasta que la llevó a su casa. Aunque había tenido mascotas toda su vida, no sabía nada de pájaros, así que tuvo que asesorarse por veterinarios. Sin embargo, dice, nunca planeó quedarse con Igor, que bautizó junto a su hermana sin saber que era hembra.
"No me esperaba que una paloma se domesticara tan rápido, yo nunca dije me la voy a dejar de mascota", asevera la enfermera, de 28 años. Le enseñó a comer y con el tiempo el animal se recuperó. Entonces Dagmar, su pareja y el hijo de él, ya la querían como una más de la familia. No así la perra chihuahua, Mía, con quien admite que "no son amigas, pero conviven".
Recién en mayo de 2022 supieron que era hembra, cuando Igor puso sus primeros huevos. Para entonces la paloma ya estaba totalmente domesticada. Dagmar le enseñó, usando semillas de maravilla, a que reconociera su llamado y se posara en su mano al oírla. Eso, afirma la dueña del ave, fue clave ahora para lograr dar con ella.
Ave perdida
Resulta que Dagmar y su pareja viajaron unos días a Santiago. Ahí estaban el sábado, cuando la persona que estaba yendo a su casa a alimentar a Igor y Mía, les avisó que el ave había escapado por una ventana que había quedado mal cerrada y que se había abierto por el viento del temporal.
Aunque su salud está bien, Igor sólo está habituada a volar distancias cortas. Su dueña cuenta que la saca a ejercitarse al pasillo del edificio donde viven y que a veces sale a dar vueltas entre los balcones. Pero nunca lejos. "Yo asumo que el viento la tiró lejos porque no tiene experiencia para volar con viento", sostiene Dagmar.
El domingo viajaron de vuelta a Concepción y empezó la búsqueda. "Yo no me imaginé que fuera a agarrar tanto vuelo y ha sido súper bonito", dice la enfermera sobre la publicación que comenzó a dar vueltas en redes sociales.
Le empezaron a llegar cientos de mensajes de gente que creía haber visto a Igor o que simplemente querían enviarle su cariño.
"Yo era un alma en pena, lloraba, salía a buscar, lloraba, salía de nuevo", recuerda la profesional, que entre los cientos de mensajes recibió el de una señora médium que "visualizaba" a Igor y le decía que estaba bien, y el de un joven que le vaticinó que iba a aparecer el martes 22 de agosto. Y así fue.
Una persona que no seguía la cuenta de Instagram de Iggi, contactó a su dueña porque había visto a una paloma de comportamiento poco habitual dando vueltas por los balcones de su edificio, a un par de cuadras de distancia del suyo.
Con mucha esperanza, confiesa, Dagmar salió a buscarla y otra vez apareció en su camino alguien con ganas de ayudarla. Era Pedro Valencia, conserje del edificio que la dejó pasar a buscar a su paloma. "Fue clave", explica la joven. "Fue súper tierno, simpático y empático", agrega aún agradecida.
Y ahí estaba la paloma, subida en un balcón en el décimo piso del edificio. Para saber si efectivamente era Igor, su dueña hizo el sonido de su llamado, y el ave bajó varios pisos. Así supo que sí era su mascota. "Lloré, tiritaba de nervio y de alegría y el caballero lloraba conmigo y me abrazaba", dice la joven, que se llevó en brazos a su paloma, que comió sin parar por una hora al llegar. "Igual seca, porque estuvo tres días sola y no le pasó nada, su entrenamiento estaba a flor de piel", destaca orgullosa.