Agencia EFE
Tras diez años escudriñando el Universo, la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha superado todas las expectativas científicas que se habían depositado en ella y está permitiendo cartografiar la galaxia de una forma mucho más detallada de lo que se había previsto.
En ese sentido, la Agencia Espacial Europea ha hecho un balance y ayer ha dado a conocer una recopilación de artículos sobre la "mina de oro" de conocimientos científicos que ha recopilado durante diez años, un tiempo en el que este "explorador estelar" ha revelado medio millón de estrellas nuevas y débiles en un cúmulo masivo, ha identificado más de 380 posibles lentes cósmicas y ha precisado la posición de más de 150.000 asteroides dentro del Sistema Solar.
Gaia está cartografiando la galaxia con un extraordinario detalle multidimensional, dibujando una imagen detallada del lugar que ocupa la Tierra en el Universo y permitiendo comprender mejor los objetos que lo componen.
La última entrega de datos de esta misión espacial contenía datos sobre más de 1.800 millones de estrellas, que permitían construir una visión bastante completa de la Vía Láctea, aunque seguía habiendo muchas "lagunas" en esa cartografía, ya que Gaia aún no había explorado por completo las zonas del cielo que estaban especialmente repletas de estrellas.
La ESA citó como un ejemplo clave de ello los "cúmulos globulares", que son algunos de los objetos más antiguos del Universo, lo que los hace especialmente valiosos para los científicos que estudian el pasado cósmico, pero observó que sus brillantes núcleos, repletos de estrellas, pueden saturar los telescopios que intentan obtener una visión clara, por lo que faltan aún piezas para completar los mapas del Universo.
Aunque Gaia no fue diseñada para la cosmología, sus descubrimientos se están adentrando en las profundidades del Universo, a la caza de objetos "elusivos y emocionantes" que contienen pistas sobre algunas de las mayores preguntas de la humanidad sobre el cosmos: las lentes gravitacionales, que se producen cuando la imagen de un objeto lejano se deforma debido a una masa perturbadora, una estrella o una galaxia, situada entre la Tierra y el objeto.