Emprendedores y reclusos brillan con negocio de revestimientos con desechos
Nacida en plena pandemia, Reviste surgió para darle una segunda chance a los residuos industriales y a las personas privadas de libertad de Valparaíso y Antofagasta, con un programa de reinserción sociolaboral.
Ignacio Arriagada M.
Cuando Joaquín Cuevas trabajaba en el rubro de la construcción en la Región de Valparaíso notó que los residuos que generaban las obras día a día eran abundantes. Al indagar en la materia, el ingeniero en diseño de productos llegó a una cifra que lo descolocó: al menos el 34% de los residuos sólidos industriales que genera el país provenían de dicha industria y casi todo terminaba apilado en vertederos clandestinos. En ese instante llamó a su amigo Joaquín Acevedo, de profesión diseñador industrial, para comentarle acerca de esta problemática y evaluar si en conjunto podían hacer algo para darle un nuevo uso.
"Al darnos cuenta que la cantidad de recursos que se estaban desperdiciando eran enormes nos fuimos a separar los materiales. Ahí fue que confirmamos que un 40% del volumen de residuos correspondía a madera (…) Como en ese momento en Chile no había ninguna solución ni propuesta sustentable a este problema decidimos hacernos cargo nosotros", recuerda.
Así, en 2020, cuando el covid-19 recién había llegado a Chile, los tocayos decidieron recuperar la madera desechada y convertirla en revestimiento de interiores y exteriores.
A este proyecto, basado en una economía regenerativa, lo llamaron Reviste.
Tras haber diseñado los primeros prototipos, a los amigos les faltaba lo más importante, que era construirlos, pero no tenían claro cómo hacerlo. Sin esperarlo, en las redes sociales buscaron opciones de solución.
"A través de Instagram compartimos con la gente la visión de Reviste y los primeros diseños. En ese momento el seremi de Justicia de la Región de Valparaíso nos comentó que existía la posibilidad de fabricarlos en el Centro de Educación y Trabajo (CET) de la cárcel de Valparaíso", comenta.
El camino
Los dos socios no tenían idea qué era el CET, pero tras averiguarlo y concretar algunas reuniones con Gerdarmería no dudaron en decir que sí a la posibilidad de contribuir a que privados de libertad se reinsertaran en el ámbito laboral y social.
"La responsabilidad social es un pilar fundamental de Reviste", promueve Cuevas.
De ahí en adelante, los dos socios, los internos y la citada institución consolidaron un equipo. Al principio utilizaron las instalaciones y las máquinas disponibles en el penal. De lunes a viernes, siete internos hacen todo el proceso, que contempla sacar los clavos de las maderas, limpiarlas, cortarlas, aplicar productos y armar, con la ayuda de una matriz, los módulos y, finalmente, el empaquetado.
"Por todo este trabajo ellos reciben entre un 20 y un 30 por ciento del valor de la venta de cada uno de los revestimientos, lo que les permite a muchos de ellos ayudar a sus familias (...) Llevamos más de 20 millones de pesos en remuneraciones", asegura.
Expansión
El taller de la cárcel de Valparaíso era precario y Reviste no lograba producir a gran escala. Pese a las limitaciones, todo el equipo trabajó con entusiasmo y dedicación. Con el paso de los meses, la perseverancia y la calidad de los productos fabricados validaron por un lado el modelo de negocio de la empresa: y por el otro, el trabajo de reinsersención con los privados de libertad.
"Los resultados que experimentamos en el corto plazo permitió que las instituciones pusieran los ojos en nosotros. Así fue que ganamos un concurso realizado por CORFO, que nos dio un buen monto", sostiene.
Los fondos alcanzados llevaron a los socios a hacer la primera gran inversión. Con nuevas maquinarias, insumos, materiales y hasta una ampliación, el taller del CET porteño avanzó hacia una producción industrial.
El eficiente modelo sociolaboral y el impacto positivo al medio ambiente ha llevado a Reviste a generar alianzas con fundaciones y empresas de la industria de la construcción. Asimismo, han sido reconocidos en Chile y en el mundo por su labor. Estas distinciones y asociaciones permitieron a la vez crecer a la compañía.
Actualmente, la fabricación de los revestimientos está a cargo de 18 internos de dos centros penitenciarios de Valparaíso y uno de Antofagasta. Desde 2020 a la fecha han rescatado 175 toneladas de madera, con lo que han podido fabricar 1.800 metros cuadrados de su producto estrella, del cual venden 50 m2 mensualmente. También han evitado la liberación de 308 toneladas de CO2 al medio ambiente.
Cuando recuerda el pasado, Joaquín Cuevas admite que la mejor decisión junto su amigo fue haber concentrado sus esfuerzos en crear un proyecto medioambiental y socialmente responsable. Por lo mismo, admite con emoción que "cuando vemos que Reviste le está haciendo un bien a la gente privada de libertad y al mundo, nos damos por pagados".