Hermanos confeccionan instrumentos con maderas desechadas de embarcaderos
Mario y Pablo Riquelme, carpinteros del Biobío, crearon en 2018 MRA Guitars, emprendimiento que le ofrece una segunda oportunidad a esos residuos. El catálogo incluye desde guitarras eléctricas hasta instrumentos de percusión.
Ignacio Arriagada M.
En la juventud, los hermanos Mario y Pablo Riquelme compartían dos pasiones en común: la carpintería, que ejercían junto a su abuelo construyendo y desarmando casas en la comuna de Lebu, y la música. Luego de seis años en el oficio, donde adquirieron conocimientos y perfeccionaron su trabajo, Mario, de profesión técnico en maquinaria pesada, tomó la iniciativa de usar la madera sobrante de las obras para construirse una guitarra eléctrica, que aprendió a tocar en el colegio desde muy pequeño.
"Lo primero fue investigar y sacar información de internet sobre cómo construir un instrumento. Me di cuenta que era difícil, especialmente los parámetros y las medidas (…) Elegí y luego tomé la madera que quedó de una construcción en la que estaba trabajando, y partí", recuerda a este medio.
La guitarra la fabricó durante tres meses con sus propias manos, sin las herramientas sofisticadas que se requieren para el proceso, y el resultado fue mejor al esperado. El instrumento artesanal, que aún sigue utilizando a casi una década de su creación, despertó inmediatamente el interés de todas las personas a las que se las exhibió.
"Un amigo que siempre me pillaba en la calle y que sabía lo que hice me preguntaba '¿Mario, haz hecho otra guitarra?', yo le decía que no (…) Él insistía y me decía que postulara a algún proyecto y que me dedicara a hacer guitarras, porque tenía talento. Eso, como dicen acá en el sur, me avivó la cueca, pero mi foco estaba en la carpintería, en las obras", relata.
A pesar de las felicitaciones y las loas recibidas por sus familiares y amigos dado el alto estándar de su creación, Mario no se convencía del nivel de su talento. Sin embargo, fueron sus cercanos quienes pasaron el dato a músicos y aficionados de la zona sobre el trabajo hecho por el mayor de los Riquelme. De ahí en adelante, el destino, como dice el antiquísimo dicho, se encargó de encaminarlo.
"Partí con lo básico, que era calibrando y haciéndole mantención a los instrumentos. Luego me perfeccioné y comencé con cosas más difíciles, como pintar y confeccionar partes de guitarras, bajos y mandolinas", dice.
Decisión y acierto
Durante dos años, Mario tuvo que sobrellevar dos trabajos; en el día de carpintero y en las noches de luthier. Al darse cuenta que este segundo oficio requería de mayor tiempo y mejores herramientas, tomó la decisión junto a su hermano de postular a fondos económicos para consolidarse.
Fue así que con el apoyo del programa Capital Semilla Emprende de Sercotec, en el año 2018 se fundó la empresa MRA Guitars.
Fruto de un estudio de mercado encabezado por Pablo, quien es técnico en administración de empresas, el negocio consideró una amplia oferta de servicios que incluye la reparación, restauración y fabricación de instrumentos como mandolinas, bajos y guitarras, tanto acústicas como eléctricas.
"Inmediatamente nos ganamos los recursos de Sercotec y al ver que teníamos mayor clientela y producción, yo dejé mi trabajo de carpintero y me dediqué al 100% a ser luthier", señala Mario.
Con el negocio ya en marcha, los hermanos Riquelme detectaron otra fuente para obtener la materia prima para sus productos. Siguiendo el consejo de un amigo llegaron a un embarcadero cercano, donde pudieron recuperar la madera no utilizada en la construcción de embarcaciones pesqueras, la que solía ser quemada al ser considerada como desechos.
"En el primer viaje tomamos unas muestras de las maderas que vimos en el embarcadero, y la mayoría era ciprés, que es una especie que cumple con las características ideales para hacer instrumentos de cuerda", detalla.
Luego de este descubrimiento, Mario y Pablo invirtieron el dinero ganado en dos programas de Sercotec y Corfo en máquinas semi-industriales que les han permitido hasta hoy agilizar los procesos productivos, reduciendo así sus listas de espera.
"Una vez que se concreta el pedido del cliente nosotros comenzamos con el diseño, a cargo de Pablo, y luego el corte de la madera, la estética, el ensamblado, el corte, el pulido y, finalmente, la pintura y el armado", explica.
El crecimiento de la empresa llevó a los hermanos Riquelme a traspasar los límites regionales, logrando realizar envíos de instrumentos a diferentes localidades del país. Incluso, han tenido clientes que viajan desde Santiago con sus instrumentos para que se los reparen.
Actualmente, MRA Guitars cuenta con un equipo de cinco personas, quienes diseñan y producen veinte instrumentos mensuales y restauran alrededor de otros veinte más.
En el plano medioambiental, desde el 2018 a la fecha han rescatado cuatro toneladas de madera desde los embarcaderos de Lebu.