Cristian Aguayo Venegas
Penquistas afirman que ni con el actual aumento del sueldo mínimo da para poder manejar una familia en la región, esto por los costos aumentados que se han agudizado este invierno, ya sea con la nueva tarifa de electricidad, la parafina y la alimentación.
Según información levantada por el INE, el ingreso mediano, el que recibe una persona representativa de la mitad de la población en el Biobío, es de $495.181. Cifra que corresponde al año 2022.
"La situación es compleja, mi familia la componen mi señora, mi hijo de 10, mi hija de 5 y yo, gano el sueldo mínimo y andamos cortos. Hay que pagar alimentación, colegios, gastos básicos, y con eso ya se te va el 70% del sueldo. Imagínate que no pagamos arriendo, si no, sería peor", afirmó Marco Ascencio, padre de familia.
"Hay que hacer malabares con la plata, más encima en invierno es todo más caro, ahora se viene el tema de la luz, para comprar parafina no te basta con 5 o 10 lucas, el agua te cobra hasta el alcantarillado, así no se puede, te cobran todo", añadió.
Cristian Beltrán, de Penco, sostuvo que "tengo una hija en la universidad, otro en el liceo, mi esposa es dueña de casa, así que hay que afrontar los gastos que trae esta nueva vida. Ni con el aumento a 500 mil pesos se puede vivir hoy, menos si en un hogar de 4 o 5 personas es solo una la que provee, ahí es complicadísimo, porque debes hacer malabares con el dinero. Hace un tiempo, tú podías darte un lujo cada mes, hoy en día tienes que pedir un préstamo cada dos años para paliar un poco las deudas", indicó.
Fernanda Castillo, chorera, comentó que "el costo actual de la vida pega fuerte, y eso que soy madre soltera con un hijo. Gano un poco más de 600 mil pesos, pero de esos, 250 mil se me van en arriendo, el resto hay que ir distribuyendo. Quizás mi caso es más pequeño, pero igual hay meses en que uno queda corto de plata".
Expertos
Ariel Yévenes, docente de la Facea de la UdeC, señaló que "el contexto socio económico del Biobío, desde hace aproximadamente tres décadas, es de un rezago constante y un crecimiento persistentemente por debajo de los promedios nacionales. En este sentido, los ingresos familiares han tenido obviamente un nivel acorde a ese contexto, siendo en general ingresos que apenas alcanzan a cubrir necesidades básicas, pero que dejan muy escaso margen de ahorro e inversión para las personas", afirmó.
"Ello impacta en un desenvolvimiento económico muy estrecho y frágil para las familias, que ante cualquier dificultad o situación coyuntural, terminan cayendo en espirales de endeudamiento que luego profundizan las dificultades y de las cuales es muy difícil salir", agregó, proyectando que "las posibilidades de cambiar este escenario económico se ven muy improbables en el corto y mediano plazo".
Bajo la misma línea, Juan Pablo Pinto, director de Ingeniería Comercial de la USS, sostuvo que "para una familia promedio, padre, madre, hijo o con dos hijos, es súper complejo poder manejarse con estas cifras".
"Si bien, la actual es un poco mejor que la anterior, en todo el entorno hay bastante ruido, algo de turbulencia. Mi opinión es que los mejores salarios se pueden obtener cuando hay mucha actividad económica, hay mucho empleo, hay mucha inversión, porque eso permite al que ofrece trabajo poder negociar mejores condiciones", explicó.
"Desde mi punto de vista, no queda claro si aumentar el salario mínimo a estos niveles necesariamente mejora la calidad de vida de las personas, considerando que puede producirse inestabilidad en el empleo, habrá aumentado los costos de producción de los artículos de bienes y servicios, y por lo tanto, no queda claro el efecto final en términos de si mejora o no mejora", finalizó.