N.L.G./EFE
El chileno Nicolás Jarry logró ayer su primera victoria en el Masters 1000 de Madrid, después de tres participaciones, al imponerse al alemán Daniel Altmaier (67°), procedente de la fase previa, por un sólido 6-3 y 6-2 en 78 minutos.
El jugador de 29 años dejó atrás una mala racha donde perdió cinco veces de manera consecutiva y confía en que la temporada en arcilla enmiende ese mal inicio de año. Los cuartos de final en el ATP 250 Brisbane, el primer torneo de 2025, son su mejor registro esta campaña. En el resto de torneos en los que ha participado nunca superó la primera o segunda ronda como mucho.
Al chileno, 57° del ATP, no le bastó demasiado imponerse a un rival que se mostró incomodo con el juego y la arcilla madrileña. En el primer set, logró quebrar en el sexto juego para ponerse 4-2 arriba y después cerrar la primera manga con tres aces en su saque. En el segundo parcial, en tanto, quebró en otras dos ocasiones el servicio del rival para cerrar el partido que lo citará mañana, en un horario a definir, ante el búlgaro Grigor Dimitrov (16°) que lo superó en el último choque entre ambos, hace pocas semanas en el Masters 1000 de Montecarlo.
Tras el partido, Jarry habló de lo que han sido las últimas semanas donde estuvo lejos de su mejor nivel. "Hice un muy buen partido. Logré ejecutar tácticamente lo que tenía que hacer, logré jugar como venía entrenando, cosa que después de un mes sin jugar perdí la confianza que había ganado en pretemporada", aseguró.
En ese sentido, dio más detalles del trabajo que ha hecho para recuperar las sensaciones que en su momento lo tuvieron en el top 20. "Tuve que hacer un trabajo bastante duro para volver a sentirme cómodo conmigo mismo. Esta última semana ha sido la mejor de todas y lo logré transferir a la cancha. Estoy disfrutando, espero sumar cada partido".
Alcaraz, fuera
En tanto, se confirmó que el español Carlos Alcaraz, segundo favorito, no jugará en Madrid debido a una lesión muscular que se generó en la final del Condé de Godo, y apuntará a cuidarse para poder defender su título en Roland Garros. "Tenía que escuchar al cuerpo", dijo.